Estos son los edificios y solares de Burgos (patrimonio de todos) que solo acumulan abandono y deterioro

Son patrimonio de la ciudadanía. Edificios públicos y solares que se construyeron y sostuvieron con los impuestos de generaciones y que, en la mayoría de los casos, llevan lustros abandonados. No sirven a nadie por distintos motivos. 

Pertenecen a las distintas administraciones, son del Estado, de la Junta y del Ayuntamiento de Burgos y lejos de tener una salida próxima, solo acumulan desidia y el deterioro propio de su cierre. Por tanto, pierden valor porque cada vez es más difícil su recuperación o restauración para lo público o para lo privado. Y, lamentablemente, siguen costando dinero a todos.

En estas líneas vamos a repasar algunos de esos bienes en desuso, que buscan una oportunidad que no parece muy próxima en ninguno de los casos, vistos los años de espera. En este escaparate, hay inmuebles que cerraron porque fueron sustituidos por construcciones más modernas que pasaron a albergar esos servicios públicos que allí se ofrecían. Es el caso de la antigua Subdelegación del Gobierno, en plena calle Vitoria, que se mudó hace años al Banco de España, o del edificio municipal de la plaza del Rey San Fernando, en las inmediaciones de la Catedral de Burgos, que se clausuró cuando buena parte de la actividad municipal se trasladó al conocido como edificio del Morito, en la calle Diego Porcelos, donde está también la Concejalía de Medio Ambiente y Sanidad.

En otros casos la falta de mantenimiento e inversión acabó provocando el traslado de la actividad a otro lugar y el cierre definitivo de las antiguas instalaciones. El recinto ferial de La Milanera, es un ejemplo de ello. Los largos conflictos judiciales apagaron el esplendor de otros inmuebles de difícil salida como el antiguo colegio mayor Peña Amaya.

Todo este patrimonio solo genera interrogantes sobre su futuro, que ni siquiera sus titulares saben responder porque están al antojo de los vaivenes del mercado inmobiliario y necesitarían inversiones millonarias para destinarse a cualquier otro uso.

1.- NAVES DE RENFE

Junto al bulevar, en una zona que ha vivido una de las mayores transformaciones urbanísticas de todos los tiempos tras el desvío de ferrocarril, permanecen cerradas a cal y canto estas viejas naves sobre las que han sobrevolado distintas ideas para darles vida, que no pasaron de ser imaginadas. 

Se acaban de cumplir  16 años (en diciembre de 2024) desde que los trenes dejaron de pasar por esta zona. Estas naves, antes en manos del consorcio ferroviario, son patrimonio 100% municipal desde la disolución de estos entes que se desarrolló en 2024. Una de ellas fue pretendida un efímero instante por la Fundación Caja de Burgos, como un vivero de empresas (La locomotora), nada cuajó. Después, con Daniel de la Rosa al frente del Ayuntamiento, se pensó en destinarlas a centro de interpretación de la industria. El actual equipo de Gobierno no se ha fijado de manera especial en ellas, como sí en otros solares unos pocos metros más allá, el que perteneció a la Central Logística de Hidrocarburos que busca encaje urbanístico para convertirse en una nueva zona deportiva, tras años en desuso (por tanto, esa parcela podría perfectamente aparecer en este escaparate por los años que acumula vacío).

2.- COLEGIO MARCELIANO SANTAMARÍA

Este viejo centro escolar de la Barriada Inmaculada dejó de tener uso educativo cuando en el curso 2022/2023 abrió el CEIP Isabel de Basilea, en la calle María de Maeztu, en el distrito Este de la capital burgalesa. Su caída en desuso es, por tanto, de los más recientes de los que se pueden observar en este repaso de inmuebles cerrados. No hay nada claro sobre su futuro más allá de una declaración de intenciones. En diciembre de 2022, con Daniel de la Rosa, de alcalde de Burgos, se aprobó en el Pleno del Ayuntamiento solicitar a la Junta la reversión del edificio tras dejar de tener un uso educativo. La idea en aquel momento era que alojara servicios sociales y culturales para este barrio de la capital.

Con el cambio político en el Ayuntamiento de Burgos, el bipartito de PP y Vox quedó en estudiar posibles usos durante el año 2024. A comienzos de 2025 sigue sin concretarse nada. En septiembre del 2023, el equipo de Cristina Ayala no tenía claras las funciones que se le podían dar a este edificio y, por tanto, no impulsó la petición formal a la Consejería de Educación, que, por su parte, estudiaba también posibles contenidos educativos para el inmueble. Desde junio de 2022 este colegio solo ha vivido la visita de los vándalos en varias ocasiones.

3.- PLAZA DEL REY SAN FERNANDO

Por seguir con los inmuebles sobre los que tiene que pronunciarse el Ayuntamiento de Burgos, se puede hablar del edificio ubicado en una de las zonas más nobles de la ciudad: la plaza del Rey San Fernando.

La construcción que ocupa el número 2 estaba ya de capa caída en 2013, cuando todavía estaban las oficinas de los grupos políticos municipales y la Asociación de Fajas, Blusas y Corpiños, o la Asociación Española Contra el Cáncer, por poner algunos ejemplos. Con cargo al plan Catedral XXI, recibió un lavado de cara que permitió arreglar su fachada y su cubierta. En el interior no hubo inversiones y uno de los problemas que tiene es la falta de accesibilidad, ya que nunca se afrontó la dotación de un ascensor. Ni siquiera se ha planteado su recuperación con los fondos europeos Next Generation, que contemplaron partidas para mejoras en edificios públicos. El equipo de Gobierno de Javier Lacalle intentó enajenarlo de manera activa en varias ocasiones, pero sin éxito. Sigue perteneciendo al patrimonio municipal, mientras se buscan opciones para ampliar el Ayuntamiento de Burgos por la falta de espacio en la Plaza Mayor.

4.- LA MILANERA

Entre quienes lean estas líneas habrá muchos que todavía se acuerden que fue un recinto para ferias agrícolas y ganaderas. Otros muchos lo habrán conocido como el lugar donde se trasladaron las barracas cuando salieron de La Quinta o puede que quizá haya asistido a algún concierto que se celebró cuando todavía estaban en pie sus naves. En diciembre de 2011, hace ya 13 años el Ayuntamiento de Burgos decidió trasladar el mercado de ganado a la plaza de toros. Uno de los últimos Planes Generales de Ordenación Urbana contempló la construcción de viviendas en todo este espacio, un 70% de protección oficial. La crisis de la construcción se llevó cualquier interés por edificar en esta zona y, por ahora, solo crece vegetación entre las grietas que presenta el cemento, ya que las naves fueron demolidas, no sin dificultades, en unos años no tan lejanos como 2018 y 2019.

5.- CENTRO DE ESPECIALIDADES MÉDICAS

Por cambiar de administración titular se puede hablar del antiguo centro de especialidades médicas de la avenida del Cid, cerrado desde la apertura del Hospital Universitario de Burgos. La Tesorería de la Seguridad Social lo ha subastado en varias ocasiones sin éxito, pero en la búsqueda de alguna utilidad a este gran inmueble se cruzaron promesas electorales que se quedaron en eso: ofrendas. El Ministerio de Seguridad Social (con José Luis Escrivá de titular) se comprometió a ceder el edificio al Ayuntamiento de Burgos, que en algún Pleno reciente, con Cristina Ayala de alcaldesa, ha debatido sobre si reclamarlo. La respuesta a la petición del grupo municipal socialista fue ‘no’, porque se ve más como una complicación que como una oportunidad. A la vista está la cantidad de inmuebles vacíos que ya tiene la administración local.

6.- EL SILO

El Silo de Capiscol es titularidad de la Junta de Castilla y León, aunque primero lo fue del Estado. Esta infraestructura se construyó en los años 50 y funcionó al amparo del Ministerio de Agricultura como Servicio Nacional de Cereales. Después pasó a ser propiedad del Servicio Nacional de Productos Agrarios (SENPA); organismo que se lo transfirió a la Junta de Castilla y León el 1 de junio de 2000. El deterioro del edificio va ganando la partida a cualquier propuesta por la inyección millonaria que necesitaría. No se conoce ninguna propuesta de uso posterior al concurso de ideas en el que participaron estudiantes de la Escuela Superior de Arquitectura de Valladolid hace casi 15 años. En mayo de 2010, la Fundación Burgos 2016 en la carrera por convertir a la ciudad en Capital Europea de la Cultura ‘resucitó’ tres edificios en un concurso de ideas en el que se buscaron nuevos usos también para el Hospital de la Concepción y el Monasterio de San Juan.

7.- PEÑA AMAYA

Este antiguo colegio Mayor, ubicado en la calle Eloy García de Quevedo, ya ni siquiera es municipal, pero bien merece estar en este reportaje porque es un gran ejemplo de abandono y desidia. En 2003 dejaba de tener uso como residencia de estudiantes y el equipo de Gobierno de Juan Carlos Aparicio quiso incorporarlo al patrimonio municipal para convertirlo en un albergue juvenil. El convenio urbanístico que se firmó con los propietarios conoció muy de cerca los juzgados de la ciudad y hasta los de otras provincias. El PP de entonces propuso aceptar el Peña Amaya como dación en pago para cumplir la sentencia que anuló la permuta del inmueble por una parcela en el S-4, que fue valorada inicialmente en 4,5 millones de euros, algo a lo que se opuso el PSOE en aquellos momentos y que llevó a los juzgados. El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León resolvió en 2009 ordenando deshacer la operación. Pero el conflicto urbanístico siguió ahí, porque el Ayuntamiento nunca consiguió recuperar el inmueble. Por resumir, el pasado verano un auto del Juzgado de lo Mercantil ordenó al Registro de la Propiedad que se inscribiera la finca a nombre de Inizia Gestión Inmobiliaria.

8.- ANTIGUA SUBDELEGACIÓN

La calle Vitoria 12 fue la sede de la Subdelegación del Gobierno hasta que en el año 2006 se culminó el traslado de estas oficinas al antiguo edificio del Banco de España. Una rehabilitación que consiguió recuperar otro edificio de la administración que se quedaba vacío y que es un ejemplo de una segunda oportunidad para un inmueble de carácter público. Provisionalmente, acogió oficinas de la Guardia Civil tras el atentado a la Casa Cuartel de la avenida Cantabria en 2009. El Gobierno central vendió este inmueble en febrero de 2015 por 2.275.400 euros a una firma inmobiliaria madrileña, pero sigue cerrado y deteriorándose.