Cuatro décadas de dedicación a Atapuerca, la “niña de sus ojos”
La investigadora Marina Mosquera cumple un año al frente del IPHES y este 2025 se estrenará también como una de las “cabezas visibles” de Atapuerca tras la jubilación de Eudald Carbonell y José María Bermúdez de Castro

La investigadora Marina Mosquera
La niña de sus ojos. Así define a Atapuerca la directora del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES), Marina Mosquera. Y no es para menos, lleva casi 40 años dedicada profesionalmente a este proyecto. “Me he formado en Atapuerca”, asegura. Ahora da un paso más, y como “discípula” de Eudald Carbonell se convertirá en una de las “cabezas visibles” tanto de los proyectos de investigación como de las excavaciones.
La investigadora recuerda con mucho cariño sus inicios en el proyecto Atapuerca, del que forma parte desde 1986. En aquel momento, como poco más de veinte años, el número de investigadores que trabajaban en la excavación no superaba las 25 personas. Una cifra que se ha ido incrementado hasta las más de 200 que conforman ahora cada campaña de excavación.
“Era una sensación de excavación pequeñita. De andar por casa”, recuerda con cariño la investigadora, que señala que para ella esta vida profesional dedicada a Atapuerca ha sido “maravillosa”. Se unió al equipo de Atapuerca en 1986, cuando todavía Emiliano Aguirre estaba al frente. Aprendió mucho de él y también de los tres codirectores (José María Bermúdez de Castro, Eudald Carbonell y Juan Luis Arsuaga) que se hicieron cargo del proyecto después, y con los que ha compartido no solo grandes momentos a lo largo de los años, sino también descubrimientos insólitos.
Uno de esos momentos especiales, que recuerdan todos con un inmenso aprecio, fue el descubrimiento de Homo antecessor en 1994, un hallazgo que “revolucionó el panorama científico europeo”. “Fue un momento de emoción impresionante porque estábamos revolucionando todo”, afirma Mosquera.
La conocida como “discípula” de Eudald Carbonell -con el que ha trabajado mano a mano las últimas décadas- dará un paso más este 2025, y se convertirá en una de las cabezas visibles de Atapuerca tras la jubilación de dos de los codirectores (Eudald Carbonell y José María Bermúdez de Castro).
Tal y como recuerda Mosquera, hasta ahora los tres codirectores dirigían tanto los proyectos de investigación como los de excavación. Ahora serán seis las personas a cargo. “Cada proyecto de investigación tiene un director y un subdirector”, de forma que como investigadores uno o “principales” figurarán los ‘herederos’ de Carbonell (Marina Mosquera), Bermúdez de Castro (María Martinón) y Arsuaga (José Miguel Carretero). Además, para cada proyecto habrá un subdirector: Andreu Ollé, Alfonso Benito e Ignacio Martínez Mendizábal.
Mosquera, Martinón y Carretero serán las “cabezas visibles”, pero la dirección de proyectos y del trabajo de campo será compartido entre los seis. “Estamos ilusionadísimos con esta nueva etapa en la que sabemos con absoluta seguridad que vamos a tener una serie de hallazgos impresionantes, que revolucionarán muchas cosas de la ciencia”, afirma la investigadora.
Un año al frente del IPHES
En enero de 2024 Marina Mosquera fue nombrada directora del IPHES, un centro creado en 2004 por la Generalitat de Catalunya y la Universitat Rovira i Virgili, con el objetivo de impulsar la investigación, la transferencia, la formación y la socialización del conocimiento sobre la evolución humana. Vinculada a él prácticamente desde antes de que existiera, con este nuevo cargo Mosquera se convirtió en la tercera persona en dirigir este Instituto, tras Eudald Carbonell y Roberto Sala i Ramos.
Un año y un mes después de su nombramiento, la investigadora madrileña asegura que la experiencia está siendo “muy bonita e ilusionante”, aunque también ha supuesto un reto, dado que tuvo que asumir tareas que no tenían “nada que ver” con lo que estaba acostumbrada. La investigadora ha superado con creces este primer año al frente del IPHES y ya tiene claros los retos que se marca para un futuro a medio y largo plazo.
Así, señala el desarrollo del territorio y la excelencia en la investigación como sus dos objetivos principales a largo plazo. Asimismo, aboga por reorganizar todo el centro a nivel de infraestructura digital y virtual, “tanto en almacenamiento como en procesamiento de datos, como en ciencia abierta”, apunta. Todo ello, irá compaginado con su labor en los yacimientos de Atapuerca. Una tarea que también asume con muchas ganas, especialmente acompañada del grupo de investigadores que se harán cargo del proyecto con ella.