El Correo de Burgos

De Antecessor a Tiago. La evolución tecnológica del ser humano que intenta copiar la IA y la robótica

El Museo de la Evolución acoge el encuentro 'Robot sapiens'  donde compaginan la talla in situ de herramientas de piedra al estilo de los primeros humanos con la exhibición de Tiago, el robot de Metatool que fabrica su herramienta en Impresora 3D para alcanzar una manzana

Una exhibición de fabricación de herramientas de piedra, de fondo TIAGo, el robot de PAL Robotics que ya puede responder a un problema fabricando su herramienta para resolverlo.TOMAS ALONSO

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Burgos

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En la última planta del Museo de la Evolución Humana de Burgos se ha podido unir la evolución tecnológica del ser humano en la edad de Piedra y la evolución tecnológica de los robots humanoides de hoy en día. Pasado y presente unidos en un proyecto científico que busca resolver la pregunta de cómo fue el proceso en el que las personas inventaron herramientas y «lo que intentamos trasladar a la robótica y que en un futuro podamos tener robots que inventen herramientas y que nos ayuden a los desafíos que vienen en nuestro tiempo», apuntó al respecto el coordinador del proyecto Metatool, Pablo Lanillos, durante la presentación de la jornada 'Robots sapiens'.

«La tecnología nos ha hecho humanos, somos humanos por la tecnología, por el lenguaje y los logaritmos matemáticos y la tecnología nos ha harán transhumanos», remarcó al respecto el vicepresidente de la Fundación Atapuerca, Eudald Carbonell, que tras una vida desentrañando la tecnología de fabricación de industria en piedra se adentra en los últimos años en investigar la evolución del hombre en combinación con la tecnología. 

En la presentación de 'Robots sapiens' se ha dado a conocer el proyecto de investigación Metatool que desarrolla modelos de Inteligencia Artificial aplicados a robots para que alcancen procesos creativos independientes, aprendan a fabricar sus propias herramientas como los seres humanos pasaron de tallar una piedra para cortar carne. En la investigación básica que busca obtener robots aplicables con esta capacidad de autogestión de herramientas a industrias o a las casas. 

Por el momento «hemos obtenido resultados prometedores, hemos logrado superar uno de los principales problemas que teníamos que era la generación de herramientas, ahora el desafío principal es cómo hacer que la inteligencia artificial interactúe con el mundo con un objetivo claro y condicionar esa herramienta a su tarea», señaló Lanillos. 

El proyecto Metatool está financiado por el Consejo Europeo de Innovación (EIC), bajo el paraguas del Pathfinder Challenge 'Awareness Inside'. Está coordinador por el Centro de neurociencia Cajal (CSIC) y  el Museo de la Evolución Humana (MEH) con la participación de diversas especialidades con un mismo objetivo. «Un proyecto que es interdisciplinar, combina robótica, inteligencia artificial, neurociencias y arqueología y que se inspira en el pasado de los humanos para poder entender cómo un robot puede dar este salto cualitativo entre usar herramientas y generar herramientas», remarcó el vicepresidente de Investigación Científica y Técnica del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), José María Martell. 

El proyecto ha permitido conocer de primera mano la labor de hombre tallando piedra. En la última planta del museo, junto a la exposición sobre Homo antecessor, un experto en tecnología experimental, Diego Martín Puig, ha mostrado el método de talla en piedra que idearon nuestros ancestros. Se han elaborado los denominados choppers a mano. Las piezas que se usaban para cortar, rasgar la piel de los animales, cazar o moler grano fueron la primera gran revolución tecnológica. Similar a la que la tecnología y la Inteligencia Artificial puede suponer para el ser humano del Siglo XXI.  

El ejemplo de este nuevo reto tecnológico de la especie se personificaba en la cita de 'Robots a sapiens' del MEH en TIAGo, el robot de PAL ROBOTICS, que quiere alcanzar una brillante manzana roja pero no puede. Idea para ello una herramienta que lleva a imprimir en una impresora 3D (un proceso que puede observarse en un vídeo) una herramienta que le permita alcanzar la fruta. Cuando ya está lista, esto se ha podido ver en directo en el Museo durante todo el día de hoy, usa esa especie de alargador para acercar la manzana y, una vez lo suelta, coge la pieza con su mano robótica. 

La ciencia, un activo del MEH

Con la exposición de los avances del proyecto de investigación Metatool, el Museo de la Evolución Humana se marca la necesidad de dar a conocer la ciencia que se hace en los laboratorios del país. «Esta actividad es la primera de la nueva etapa que pretende consolidar al Museo de la Evolución Humana en la vanguardia nacional de la divulgación científica», apunta el director gerente del Sistema Atapuerca, Rodrigo Alonso. 

Sostiene que el Museo de la Evolución Humana es «un lugar idóneo para dar a conoces estas acciones de investigación que permiten transferir a la ciudadanía los últimos avances que, en este caso, se están realizando sobre robótica», apuntó durante la presentación. 

Robots conscientes

El equipo de Metatool formado por arqueólogo, neuropsicólogos, ingenieros e informáticos se unen para el desarrollo de estos robots conscientes que no serán capaces de inventar herramientas pero si de crear aquellos modelos ya creados para un fin definido por ellos mismos.  «Estamos explorando los mecanismos fundamentales que subyacen de nuestra inteligencia como especie», destaca la investigadora del proyecto Poppy Collins. Por el momento se pueden generar herramientas pero no inventar herramientas para solucionar tareas, un desafío en el que están inmersos instituciones científicas de España, Alemania, Países Bajos y Gran Bretaña. Tiene un presupuesto de cuatro millones de euros.

¿Hay límites a la creación de robots  conscientes? El robots por el momento es capaz de modelar herramientas aprendidas con una especie de piezas de lego para alcanzar un botón al que no pueda llegar o acercar un objeto que no alcanza. «Esto lo puede hacer de una manera autónoma», explica el investigador español coordinador del proyecto, Pablo Lanillos. Pero hay límites que no sólo son tecnológicos. «En inteligencia artificial tenemos el límite de escalabilidad que es la computación y lo que nos permite hacer los modelos matemáticos actuales y luego está otro límite que es la parte social y ética que es hasta donde queremos hacer desde cero», sostiene Lanillo. 

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