El Correo de Burgos

Retablos que nunca volvieron a su origen

Una antigua lona publicitaria sustituye al mueble original en el templo de Padrones de Bureba

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Burgos

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J. C. R. /Burgos

El caso del retablo de Santa Eulalia, de la parroquia de Tañabueyes, no es el único de la provincia que nunca volvió a su lugar de origen. Los casos se multiplican: Padrones de Bureba o Castrillo Matajudíos son ejemplos del arte que salió de los templos y nunca volvió a ellos.

Uno de los casos más curiosos es el del retablo de San Mamés, en Padrones de Bureba. Una entidad de ahorro provincial se hizo cargo tanto del traslado como de la restauración de la obra de arte. Se trata de una pieza del gótico con unas interesantes pinturas hispano flamencas. Una vez trasladado al museo, en su lugar se colocó una lona con el grabado del retablo, y así sigue. Y la pieza artística en el Museo, cerrado a cal y canto. Una circunstancia que ha enfadado mucho a los vecinos. Tanto es así que un buen número de feligreses de ese pueblo dejaron a acudir al templo al sentirse «robados», según testimonio de los propios habitantes. Esta pieza ya no volverá y los burebanos no se lo explican porque el estado del templo es aceptable, sin goteras ni otros defectos que pudieran hacer pensar en un deterioro del retablo.

Esa lona fue el reclamo publicitario del propio Museo del Retablo en varios edificios de la capital en l promoción del espacio expositivo de la Diócesis.

Exigían 240.000 euros

En 2003, el Arzobispado exigió al pueblo 240.000 euros para su devolución, cantidad que, aseguraba la Diócesis, había costado su limpieza. El alcalde de entonces, Pedro Sáiz, en  nombre de los vecinos, reclamó su devolución a los jerarcas de la Iglesia. Pero además, este retablo fue retirado de la exposición permanente del Museo para colocar en su lugar otro proviniente de Villanueva del Grillo.

En Castrillo Matajudíos son muchas las leyendas urbanas que circulan en torno a su retablo. Algunos recuerdan que un alcalde de esta localidad prometió lograr la devolución del retablo a cambio de ser elegido, una promesa electoral al uso. Pero el caso es diferente a los anteriores porque según fuentes cercanas a Patrimonio, hubo una compra venta de este bien mueble. Los acontecimientos ocurrieron en los años 60. A cambio de arreglar el tejado de la iglesia, al Arzobispado procedió a su restauración.

El retablo de Abajas también figura en la nómina de aquellos que nuca volvieron al templo del que son originarios, aunque su primitiva ubicación tampoco era Abajas sino que provenía de otra iglesia de una localidad ya despoblada. Este retablo, que tampoco está a la vista de los visitantes del Museo, se encuentra en el claustro de San Esteban.

 Uno de los pocos casos en los que sí ha vuelto el retablo es en Villatuelda. Esta parroquia cedió por 10 años su retablo al Museo y a su templo ha vuelto. Con las obras de la iglesia se decidió limpiar y restaurar el retablo de San Roque del siglo XVI y su posterior exposición durante diez años en el Museo del Retablo y la limpieza y tratamiento anticarcoma de los tres retablos restante.

El Museo

Según la información de la Junta de Castilla y León, el Museo del Retablo alberga en su nave central los trasladados desde la iglesia de San Esteban, del siglo XVIII; San Juan Bautista, siglo XVI, de Carrias; el de Santa Catalina del siglo XVI, de la misma localidad; el de Santa Eulalia de Mérida, del siglo XVII, de Arconada; el de San Joaquín y Santa Ana del siglo XVI que estuvo ubicado en Villamorón y el de San Julián y Santa Basilisa del siglo XVII, propiedad de Bárcena de Bureba. En el listado también aparece que figura en el Museo el de Tañabueyes, recientemente traladado a San Martín de Porres.

En la nave del evangelio: el de la Virgen Inmaculada del siglo XVIII del mismo templo de San Esteban; San Clemente, Papa, del siglo XVI, de Huidobro; el de San Miguel, Arcángel, de siglo XVI que estuvo en Cortiguera; el de San Lorenzo, de siglo XVI, procedente de Pesquera de Ebro; el del Cristo Resucitado, de siglo XVII también de Cortiguera y el de San Mamés, del siglo XVI, de Padrones de Bureba.

Y en la nave de la epístola figuran los retablos de Los Reyes Magos, del siglo XVII, de la iglesia de San Esteban; La Santa Cena, del siglo XVI, de la misma, como el Cristo crucificado, del siglo XVIII; La Virgen, madre, delsiglo XVI que estuvo en Castrillo Matajudíos y otro con el mismo y del mismo siglo de Tosantos.

Pero hay más retablos que no han vuelto nunca a sus pueblos y se encuentran en depósito en el Museo, caso de los de Villalibado, Toba de Valdivielso, Valpuesta, Hozabejas, Arenillas de Río Pisuerga, Rioseras y las Clarisas de Belorado. En todos los casos, nadie puede contemplarlos porque, como en el caso de Abajas, los muebles se encuentran en el claustro de la iglesia de San Esteban y otros están despiezados.

No sólo alberga el museo, cerrado al público, retablos. también centenares de piezas de orfebrería, cálices, patenas, copones y cruces procesionales que en algunos casos son cedidos a los pueblos para celebrar determinadas fiestas.

La Diócesis reacciona una semana después del conflicto

Burgos

Tarde ha llegado la reacción del arzobispo de Burgos, monseñor Francisco Gil Hellín y su respuesta a las peticiones de los vecinos de Tañabueyes.

Explicaciones, una semana después de los incidentes que no son nuevas porque este periódico ya publicó el sábado que la parroquia de San Martín de Porres había pagado una importante suma de euros al Taller de Restauración por el retablo de Santa Eulalia. Y también quedó publicado que, según fuentes del propio Arzobispado, la propiedad de todos los retablos es de cada parroquia.

Y es que la decisión de realizar el traslado a San Martín de Porres fue unilateral por parte de Gil Hellín y de un arquitecto de la diócesis, desatendiendo las recomendaciones de los responsables del Museo y de la Delegación de Patrimonio de la Diócesis, Agustín Lázaro y Juan Alvarez Quevedo, que desaconsejaban este traslado.

Del pueblo

El Arzobispado insiste en que la acción no ha supuesto que la parroquia de Tañabueyes haya perdido su propiedad. Dicha parroquia sigue siendo la propietaria, pues la de san Martín de Porres sólo lo tiene en depósito. «Así permanecerá mientras no cambien esencialmente las causas que motivaron la actuación responsable del entonces arzobispo de Burgos» dicen en la nota.

Aseguran desde el Arzobispado que han actuado «con prudencia y responsabilidad, pues el arte sagrado tiene, ante todo, una función cultual. Por lo que parece que es más pertinente que esté en una parroquia –en este caso de ciudad y populosa- que en un museo. Por otra parte, la ubicación actual no sólo no impide sino que facilita su contemplación artística».                     

Mientras tanto, desde Tañabueyes insisiten en acudir a la Justicia para dirimir este conflicto ya que entienden que este bien mueble del Patrimonio diocesano ha de volver al lugar del que salió hace más de 20 años.

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