La Diputación reduce a 15 días su pago a proveedores mientras la media nacional ronda los 45

«La nota la tienen que poner los ciudadanos una vez que concluya el mandato», manifestaba este jueves el presidente de la Diputación de Burgos, Borja Suárez, tras dar cuenta de la liquidación del presupuesto provincial correspondiente al ejercicio 2024. Empleando los datos como arma arrojadiza contra la oposición, a la que acusa de generar «alarma social» a la hora de criticar su gestión, el mandatario 'popular' puso de relieve una serie de cifras que le permiten sacar pecho de la gestión de su equipo de Gobierno. Por ejemplo, la reducción del periodo medio de pago a proveedores. 

Algo menos de 15 días tardó de media la Institución Provincial en saldar sus deudas con proveedores el año pasado. Una reducción considerable si echamos un vistazo al promedio de 2023, que se situó en 24. El plazo, en cualquier caso, es «muy bajo» si se compara con la media nacional, que ronda los 45 días. Además, cabe recordar que el límite legal establece un máximo de 60. 

En términos generales, Suárez destacó el alto grado de cumplimiento del objetivo de estabilidad presupuestaria. Satisfecho porque se ha cumplido «con creces», puso además de relieve que la Diputación cerró el ejercicio con un superávit de 14,5 millones de euros. En cuanto a la regla de gasto, cuya aplicación no es obligatoria ante la ausencia de Presupuestos Generales del Estado (PGE), se consolidó un importe de 3,4 millones. 

En materia de ejecución presupuestaria, el capítulo de ingresos se aproxima al 99% mientras el de gastos supera el 90%. «Hemos sido prudentes a la hora de financiar», esgrimió el presidente de la Corporación Provincial antes de desgranar los capítulos que mayor desembolso requieren para las arcas públicas. Entre ellos el de inversiones, con un 15% sin ejecutar pero situándose en niveles mínimos históricos. La mayoría de actuaciones pendientes corresponden a carreteras. No en vano, aseguró que «el 100% de los contratos han sido licitados y adjudicados». 

Otra cuestión sobre la que Suárez quiso hacer hincapié guarda relación con los procedimientos de contratación. Dentro de este apartado, se presupuestaron 31,2 millones de euros para 62 contratos mayores y 1,1 millones para 83 menores, que acapararon menos del 4% de la cuantía global. Aparte de reducir los contratos a dedo a su mínima expresión, también conviene resaltar que el coste económico se redujo un 12,5%, permitiendo así «destinar fondos a otras necesidades». 

El nivel de deuda, también «muy bajo» a juicio del Ejecutivo provincial, fue del 36,6%. Y del 14% si se obvia la extrapresupuestaria. Sea como fuere, Suárez se congratuló de cumplir el objetivo de «no pasar del 40%» mientras remarcaba que el préstamo de 33 millones solicitado por la Institución, del que aún no ha sido necesario echar mano, ofrece actualmente un rendimiento superior a los 500.000 euros anuales.

De cara a 2025, la Diputación presume de lanzar por primera vez en su historia una docena de convocatorias de subvenciones de manera anticipada. Eso sin contar las tres del Instituto para el Deporte y la Juventud (IDJ) publicadas esta misma semana. Así las cosas, Suárez se atrevió a vaticinar que «2025 será mejor» en este sentido que el ejercicio previo. 

Convencido de que «mejorar estos datos va a ser difícil», el presidente de la Institución Provincial subrayó que los cuatro pilares de su Gobierno serán el Plan Estratégico Burgos Rural (PEBUR), el fomento de la promoción cultural con novedades inminentes en materia de «patrimonio romano y románico», la difusión del patrimonio inmaterial y el Plan Estratégico de Cicloturismo Patrimonial, concebido como una gran «oportunidad» para que Burgos se consolide como la «provincia del ciclismo» en España. Por ahora, poco se sabe sobre este proyecto aunque contará con una dotación presupuestaria «muy importante».