El Correo de Burgos

La competencia de Idealista llega a los pueblos de la Ribera: así es Rural Vívere

La iniciativa busca fomentar el alquiler y la venta de viviendas en el ámbito rural

La escasez de viviendas en alquiler y en venta condenan la supervivencia de los pueblos

La escasez de viviendas en alquiler y en venta condenan la supervivencia de los pueblosLoreto Velázquez

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Aranda

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Todos los alcaldes coinciden. El principal problema que lastra el crecimiento de los pueblos es la falta de vivienda. Decididos a revertir la tendencia y convencidos de que sin viviendas, los pueblos tienen fecha de caducidad; en Bahabón de Esgueva han creado la asociación ‘Rural Vívere’, una plataforma para fomentar la vida en el medio rural.

Detrás de este reto están Francisco Ayala (presidente), Felipe Gamarra (vicepresidente) y José Vidal (tesorero). “La vivienda en Ribera y en otras zonas como el valle de Esgueva es un problema muy grande tanto en venta como en alquiler, pero sobre todo en alquiler. Nosotros hemos puesto en marcha esta asociación, pero la solución depende de los vecinos. Hay que concienciar y motivarles para que alquilen lo que no usan porque los beneficios son muchos”, defiende Francisco Ayala.

Él lo tiene claro: “Las casas siempre se mantienen mejor si se usan y si hay casas disponibles, podrán venir más familias, con lo que habrá más vida en el pueblo y a la larga, más servicios. Todo el mundo gana”, insiste.

Francisco Ayala es el presidente de la nueva asociación ‘Rural Vívere’

Francisco Ayala es el presidente de la nueva asociación ‘Rural Vívere’ECB

Con este objetivo, han creado hace un mes un banco online de vivienda rural, que abren a vecinos y a inmobiliarias. “Nuestros pueblos merecen una oportunidad de futuro”.

Misión ¿imposible?

Lo cierto es que encontrar casa en alquiler en la comarca de la Ribera, se ha convertido en una misión casi imposible. “Es complicado porque hay muy pocas casas que estén bien”, asegura Consuelo Plaza, la gerente de la única inmobiliaria especializada al 100% en pueblos de la Ribera.

Según explica, la mayoría son viviendas viejas, con calefacciones antiguas, que al final se alquilan a inmigrantes que trabajan en el campo. “Cuesta mucho encontrar una que esté bien puesta y la quieran alquilar, porque la gente que se hace una casa la quiere para venir en verano o los fines de semana y no la quieren alquilar a nadie”, resume la gerente de la inmobiliaria, Pueblos de la Ribera, consciente de que una casa de pueblo “no es una inversión”. “Si quieres invertir te vas a una ciudad donde el piso se revaloriza, pero aquí no; en el pueblo te va a costar luego venderla y el coste de construcción es muy parecido. Luego está el precio de alquiler. Mientras en una ciudad como Aranda se puede pedir 500 o incluso 600 euros, en un pueblo como mucho puedes pedir 400 y si está muy bien, 450 euros, pero no más”.

Techo

En venta, advierte, hay algo más de movimiento pero el precio en los pueblos tiene también un techo. “Las casas suelen tener como tope entre los 48.000 y los 50.000 euros. Las que están por encima son muy difíciles de vender”, advierte mientras pone un ejemplo real. “Conozco el caso de un hombre que al jubilarse se hizo un casa importante de 300.000 euros para volver a su pueblo, pero cuando falleció, sus hijos la quisieron vender y no les dieron más de 90.000 euros”.

Aunque el teletrabajo surgido por la pandemia abrió una oportunidad para los pueblos, aquí “no se nota”. “La gente quiere venir en verano o algún fin de semana pero de continúo no, porque apenas hay servicios o vida social”.

Si no hay industria "estás muerto"

En su opinión, más allá de la huella que pueda dejar el teletrabajo, lo que determina el futuro de un pueblo es la industria, porque la agricultura ha pasado a un segundo plano. “Si no hay industria cerca, está muerto”, lamenta.

En cuanto a los compradores, muchas veces encuentran otro problema: el registro. “Muchas casas no han pasado por el registro por lo que se pueden vender pero no hipotecar”, advierte desde la Inmobiliaria Alfa Aranda, Montse Monje, consciente de que si la vivienda cuesta 20.000 euros puedes pedir un préstamo personal, pero si cuesta 100.000 euros, el asunto se complica. “Es un poco la pescadilla que se muerde la cola”.

Montse es además alcaldesa de Terradillos de Esgueva. “Aquí con la inmobiliaria vendimos una en enero y luego hay otra, pero está muy alta de precio”.

No es el único caso. En Haza, las dos viviendas que hay en venta superan los 140.000 euros. En otros municipios directamente no hay. Es el caso de Fresnillo de las Dueñas, uno de los pocos pueblos que siguen creciendo, gracias en gran parte a su proximidad con Aranda y a los servicios que ofrece. Según explica su alcalde, Gustavo García, a día de hoy en régimen de alquiler “puede hacer algún apartamento”, pero “casas en alquiler creo que no hay ninguna y en venta tampoco”. “Solo hay algún solar”.

En Peñaranda más de lo mismo. “El acceso a la vivienda es el verdadero problema del mundo rural”, admite el alcalde, Fernando Rioja.

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