Así es la receta que solo cocinan los hombres en un pequeño pueblo de la Ribera del Duero en Burgos
Los que la prueban lo tienen claro: es una “delicia” y se puede hacer en casa (y se puede hacer con conejo o lechazo)

En Vadocondes es una tradición de lo más arraigada
La comida alimenta, pero la gastronomía une, y eso lo saben muy bien los 370 vecinos de Vadocondes, un pequeño pueblo de la Ribera del Duero burgalesa. Allí preparan una receta que destaca no solo por su particular preparación y presentación, también porque, según marca la tradición, solo puede ser preparada por hombres. Así es la receta de su famoso ‘lechazo o conejo al pincho con salsa Preve’.
Antes de meternos en cocina, hay que comprar un conejo entero (o un lechazo) y, para la salsa, aceite de oliva, ajos, pimentón dulce, vinagre y sal. “Nadie sabe muy bien de dónde viene lo de Preve, pero lo que sí podemos decir es que Vadocondes es uno de los pocos pueblos, si no el único, en hacer este plato típico”, explica Lucía Martín Ríos, que, además de ser una de las vecinas más activas, es la presidenta en Burgos de la Asociación de Familias y Mujeres Rurales Afammer.
Ella lo explica, pero el asado al pincho con salsa prevé es cosa de hombres. “Es una tradición. Tanto en las fiestas de agosto como de septiembre, en honor a San Roque y San Miguel, subimos todos a las bodegas y, mientras las mujeres van haciendo las ensaladas y poniendo la mesa, ellos pinchan los conejos y los van asando”, señala mientras deja claro que no es una imposición, "Hay algunas mujeres que también asan pero son pocas".

Imagen de un conejo al pincho
A la hora de prepararlo, es imprescindible que el conejo o lechazo esté entero. El primer paso es el más difícil: trinchar la pieza atravesando al conejo con el pincho por el centro. Luego toca esperar hasta que esté cocido por dentro y dorado por fuera. “Lo más importante es que no se separen, porque hay que darle vueltas continuamente para que no se queme”.

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De forma paralela, preparamos la salsa, que aporta un sabor muy característico. Empezamos calentando medio vaso de aceite en una sartén, donde se sofríen ajos laminados hasta que estén dorados, pero sin llegar a quemarse. En ese punto, se baja el fuego al mínimo y se añade una cucharadita de pimentón dulce y una pizca de sal, removiendo de inmediato para evitar que el pimentón se queme. Luego, se retira del fuego y se incorpora vinagre al gusto, dejando que la mezcla burbujee ligeramente mientras se integra.

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Para completar, y como suelen tomarlo en verano, ellos se decantan por productos frescos, como ensalada y, de postre, fruta, como melón o sandía, aunque siempre hay alguna vecina o vecino que no se resiste a tentar al resto con una tarta casera o unas pastas dulces. “Ahí lo pasamos fenomenal”, asegura Lucía, sin olvidar el vino, que siempre aporta un brillo extra a la fiesta. “Aquí tomamos, sobre todo, vino de Vadocondes, que se hace en los lagares del pueblo, con el pisado tradicional, y está riquísimo. Es un vino clarete, como los de toda la vida, que, por cierto, ahora se han vuelto a poner de moda”.

Lechazo al pincho de Vadocondes
Más allá de estos dos días, encontrar este plato en un restaurante es sencillamente imposible. “En las casas sí lo hacemos, pero en un restaurante es muy complicado encontrarlo, porque es un plato que exige estar muy pendiente”, explica.
Ella lo tiene claro: “El sabor del conejo a la prevé es maravilloso”. “Como va trinchado, no tiene nada de grasa, es ligero y muy rico”, anima, convencida de que, en casa, “con las cocinas que hay ahora”, queda muy bien, pero “como en el pueblo en ningún sitio”.
La visita desde luego merece la pena. A 12 kilómetros de Aranda de Duero, Vadocondes puede presumir de tener catalogado su casco histórico como Bien de Interés Cultural. Además hay trece casas declaradas de Especial Protección por Patrimonio, por la singularidad de sus detalles constructivos. También merece la pena recorrer los dos barrios de bodegas subterráneas así como la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, cuyo patrimonio ha sido rehabilitado gracias al esfuerzo y unión de unos vecinos que están demostrando que en el pueblo se vive “muy bien”.