El Correo de Burgos

Así es el nuevo y pionero proyecto con el que Michelin y Rebi revolucionan en España la economía circular energética

El avance reutiliza el calor de la industria para alimentar a "toda una ciudad"

De izquierda a derecha, el director de Michelin Aranda, el alcalde de Aranda y el director de RebiL.V.

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Aranda

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Convertir el calor residual generado en los procesos industriales en una fuente de energía para la ciudad de Aranda. Es el hito pionero en España que han logrado las compañías Michelin y Rebi (Recursos de Biomasa) en la capital ribereña. “Nuestra idea es que además del uso doméstico, haya un aprovechamiento industrial: polígonos de bajo coste energético y atracción de empresas intensivas en calor”, asegura Alberto Gómez, director ejecutivo de Rebi, convencido de que este proyecto evitará la pérdida de cientos de megavatios térmicos. “Puede extenderse a otras zonas con apoyo institucional y empresarial”, anima.

Por el momento, la iniciativa comienza en la planta que la multinacional Michelin tiene en la Avenida Luis Mateos de Aranda de Duero y está liderado por Red Industrial de Aranda de Duero S.L., sociedad promovida por Rebi. Según explican los expertos, el proyecto no solo aporta frío a Michelín, sino que recoge el calor hasta ahora desperdiciado para transformarlo, mediante tecnología de última generación, en energía útil para comunidades de vecinos, hospitales, residencias de mayores, polideportivos e incluso otras industrias. “Es un proyecto ganador para todos”, celebra el director de Michelin Aranda, Carlos Abril, orgulloso porque encaja a la perfección con la responsabilidad social de la compañía. “Nos avalan 55 años de historia”.

Entrados en detalle, el núcleo del proyecto se basa en un sistema de recuperación de calor integrado con una instalación fotovoltaica, que permite aprovechar la energía térmica residual, generada en los procesos industriales de Michelin. “Actualmente, la planta utiliza sistemas de refrigeración evaporativa en torres de enfriamiento para disipar el calor resultante de la fabricación de neumáticos, especialmente del enfriamiento de moldes y prensas”, señala a sabiendas de que estos sistemas “utilizan gran cantidad de agua y liberan el calor al ambiente”.

Gracias al nuevo sistema, ese calor ya no se pierde. En su lugar, se recupera mediante tres bombas de calor condensadas por agua de alta temperatura, capaces de captar la energía del agua caliente de los procesos industriales y transformarla en calor útil a temperaturas entre 70 y 85 °C. Esta energía se canaliza directamente a la infraestructura urbana de calefacción y agua caliente de Aranda de Duero, que da servicio a una parte importante de la ciudad.

Las bombas de calor actúan, señalan, de forma flexible: pueden trabajar en simultaneidad con las torres de refrigeración o reemplazarlas según la época del año y la demanda térmica de la fábrica. “Por el lado del evaporador, extraen el calor del agua entre 20 y 30 °C, y por el lado del condensador, entregan energía térmica al sistema urbano”, subrayan desde Rebi.

La energía disponible a recuperar alcanza los 40 GWh/año que se destinarán a la red urbana. “De los 40 GWh/año, 33 GWh/año permitirán sustituir parcialmente el funcionamiento de las torres de refrigeración de Michelin. Además, este nuevo sistema con bombas de calor supone un ahorro significativo en el consumo de agua, así como en el tratamiento químico necesario para prevenir la legionela en los sistemas de refrigeración tradicionales”, destacan.

Instalación fotovoltaica

El proceso de recuperación se complementa con una instalación fotovoltaica ubicada en las marquesinas del aparcamiento de Michelin, que suministra la energía eléctrica necesaria para hacer funcionar las bombas de calor. Esta planta solar cuenta con una potencia instalada de 3 MW repartida en dos centros de transformación (CT), que incorporan un total de 4.200 colectores solares y 24 inversores trifásicos. “De esta forma, se crea un circuito cerrado, el calor se obtiene de los propios procesos industriales y la electricidad proviene del sol”, afirman a sabiendas de que en los momentos en que la producción solar supere la demanda del sistema, “la energía sobrante podrá ser consumida por la propia factoría de Michelin, reduciendo así el consumo de energía eléctrica no renovable”.

Beneficios compartidos

La colaboración entre Michelin y Rebi genera beneficios tangibles para todas las partes involucradas. Para Michelin, el sistema representa un importante avance en eficiencia energética, al reducir el consumo de agua y electricidad en sus sistemas de refrigeración y al integrar energías renovables en su proceso productivo.

Para Rebi, la incorporación de calor residual como fuente energética supone, por su parte, una innovación técnica estratégica; se obtiene energía térmica sin necesidad de usar nuevas materias primas, con menores costes operativos y una mejora significativa de la huella de carbono. Pero también es bueno para Aranda. Al sustituir parte de la energía necesaria para calefacción por calor industrial recuperado, se evita generar nuevas emisiones contaminantes en el entorno urbano, mejorando la calidad del aire. “Es un claro ejemplo de economía circular y simbiosis industrial”, destaca el alcalde de Aranda, Antonio Linaje.

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