El Correo de Burgos

“Hemos decidido cerrar la granja. No podemos más”

Javier asegura que sobran los motivos empezando por un consumidor que exige. pero no está dispuesto a pagar el precio

Javier Azpeleta es representante del sector lácteo de Urcacyl en Castilla y León, y vicepresidente a nivel nacional en cooperativas agroalimentarias

Javier Azpeleta es representante del sector lácteo de Urcacyl en Castilla y León, y vicepresidente a nivel nacional en cooperativas agroalimentariasLoreto Velázquez

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Aranda

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Javier Azpeleta Hierro lleva toda su vida cuidando de la explotación ganadera que, en su día, heredó de su padre y, a su vez, de su abuelo, y, aunque le quedan todavía diez años para jubilarse, ha tomado la difícil decisión de echar el cierre en un año. “Ya no podemos más”, lamenta, cansado de una presión que no cesa. “Si no es el precio, es el lobo, la burocracia, los costes o los animalistas”, afirma.

No es el único. El número de granjas lecheras de España ha caído de forma dramática, pasando de 145.000 explotaciones en el año 1992 a apenas 9.500 en la actualidad. En datos de Castilla y León , añade, en diez años, se ha pasado de 1.400 granjas de leche a tan solo 600. “Cada año desaparece un 10%”, advierte el también representante del sector lácteo de Urcacyl en Castilla y León, y vicepresidente del sector lácteo a nivel nacional en cooperativas agroalimentarias.

En su opinión, existe un fuerte desequilibrio comercial: España exporta lácteos por valor de 1.800 millones de euros, pero importa más de 3.000 millones de euros, y “nadie hace nada”. Javier trabaja codo con codo con sus hermanos, Gerardo y Guillermo, en la explotación familiar. “Tenemos 320 vacas de leche en intensivo”, detalla.

Javier Azpeleta es representante del sector lácteo de Urcacyl en Castilla y León, y vicepresidente a nivel nacional en cooperativas agroalimentarias

Javier Azpeleta es representante del sector lácteo de Urcacyl en Castilla y León, y vicepresidente a nivel nacional en cooperativas agroalimentariasLoreto Velázquez

Un sector debilitado

Tras una gran crisis que puso en jaque a muchas explotaciones, “llevamos cuatro años de relativa estabilidad, y la previsión a corto plazo es que el precio se mantenga”. Pero lo cierto es que llueve sobre mojado, y el sector está muy debilitado. “Empezar de cero con una explotación ganadera es casi imposible, por la inversión que se necesita en infraestructura y animales, pero mantenerse tampoco es fácil. Hemos pasado años muy malos en los que el precio de la leche no iba al ritmo de la subida de las materias primas. La guerra de Ucrania terminó de desestabilizar la balanza y, al final, desaparecieron muchas granjas, y las que han quedado están casi todas tocadas”.

Hoy el precio da un respiro, pero no se fía. “La leche, como los huevos, han servido durante muchos años como reclamo en las grandes superficies y, aunque el precio ahora es más razonable, la presión no ha desaparecido. Aquí, cualquier noticia tira de nuevo los precios”.

Aunque no descarta reorientar su actividad a la industria cárnica, que es un poco menos exigente, el plan inicial pasa por cerrar la explotación láctea actual y centrarse en los cultivos que comparten: cereal, maíz, veza, trigo y alfalfa así como los servicios que realizan para otros agricultores. “Ya hemos comenzado a vender algunas vacas”, señala, consciente de que dar salida a la infraestructura es mucho más difícil. “La utilizaremos como almacén”.

“Asistimos a los partos de las vacas, pero no de los hijos”

Uno de los motivos que han inducido este desenlace es la dificultad de encontrar mano de obra cualificada en un sector que no entiende ni de horarios, ni de festivos, ni de fechas clave para la familia. “Ahora que está muy de moda meterse con el ganadero y acusarnos de maltratar a los animales, yo les invitaría a estar aquí. Así verían que asistimos a los partos de las vacas, pero no de los hijos. Hay que valorar al sector primario, porque nosotros somos los primeros que queremos a nuestras vacas, y está muy bien que el mercado exija, pero también tiene que estar dispuesto a pagar el precio de lo que cuesta”, defiende, con la mirada puesta en otros productos básicos como los huevos.

“Los lobos nos han matado unas 30 terneras”

Especial mención merece la burocracia. “Hemos pasado de ordeñar vacas a hacer papeles y más papeles. Cada día una nueva normativa, y todo exigencias para demostrar que no maltratamos, que contaminamos, y no hacemos ni una cosa ni otra, trabajamos para que la gente tenga comida”, zanja, mientras pone un claro ejemplo: “Un avión contamina, en un solo viaje, más que todas las vacas de Castilla y León en un año entero”.

Javier insiste en la importancia de defender a un sector que está al límite. “Si no hacen nada ya, los vamos a sentir, y no solo los ganaderos. La leche española desaparecerá de los lineales de los supermercados y llegarán grupos inversores de fuera de Europa, con leche de menos calidad y más cara, porque ellos sí que cobran”, termina.

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