Política
Terremoto en VOX: García Gallardo renuncia a su acta de parlamentario y sus cargos en VOX
El que fuera vicepresidente de la Junta evidencia en una carta sus tensiones con la dirección nacional e indica que "es una quimera combatir las oligarquías de VOX" y anuncia que seguirá como "afiliado raso"

El portavoz de Vox en las Cortes, Juan García-Gallardo, durante la interpelación.
Giro total en los acontecimientos de la crisis que sacude a VOX Castilla y León. Juan García Gallardo, el líder de la formación en Castilla y León y portavoz en las Cortes, ha comunicado a la dirección del partido que deja sus cargos institucionales. Seguirá de militante de base. Igualmente ha mostrado sus deseos a los servicios jurídicos del parlamento autonómico de dejar el acta.
Un vuelco a la crisis desatada con la expulsión de los dos procuradores de Salamanca y Burgos, Javier Teira y Rosa Hernando. Esta misma mañana el propio Gallardo tenía que comparecer para dar cuenta de la expulsión firmada por los miembros del grupo. Sin embargo, unos minutos antes de la comparecencia, prevista para las 10.15 de este lunes, el partido la anuló. Gallardo ya había comunicado a sus compañeros y a la dirección nacional su intención abandonar el barco. El que fuera vicepresidente de la Junta en virtud del pacto con el PP, roto hace poco más de medio año, había guardado silencio sobre la expulsión de Teira y Hernando, que se habían convertido en un pequeño reducto crítico, pero público, dentro de la formación que preside Santiago Abascal. Ese silencio había sido interpretado en entornos de VOX como un desacuerdo de Gallardo con la decisión de expulsar a los dos parlamentarios, con quienes había estrechado relaciones y lazos, sospechosamente, en las últimas semanas, coincidiendo con las críticas de estos al partido por falta de democracia interna.
Gallardo ha remitido una carta en la que reconoce discrepancias con la dirección del su partido, pero señala que nada tienen que ver con “las exhibiciones de rebelión y desafío” mostrada por los dos parlamentarios expulsados. Apunta que seguirá como “afiliado raso” y retomará su actividad profesional en el despacho familiar. Pero deja su puesto de procurador y de miembro del comité nacional de la organización.
La carta, con tono conciliador, deja recados críticos contra la cúpula de VOX, con la que ha mantenido importantes tensiones en los últimos meses, tal y como reconoce en la misiva. “El intento por acabar con las oligarquías dentro de los partidos es una quimera; una acción estéril que sólo conduce a la melancolía. En lo que no cabe el conformismo es en las exigencias de una conducta ética a quienes integran las oligarquías que gobiernan los partidos políticos, en nuestro caso, VOX”, dice Gallardo en su escrito.
“Entré en política activa con grandes dosis de ilusión y entusiasmo. Entré en un proyecto unido, pero ancho, en el que existían y cabían pluralidad de liderazgos y carismas. Esa situación ha cambiado. La dirección del partido ha ido ocupando cada vez más espacios en detrimento de los demás”, es otro de los párrafos críticos que desliza en el escrito que él mismo se ha encargado de publicar en redes sociales y que ya se ha granjeado numerosas adhesiones entre sus seguidores.
La dimisión se produce el día de San Blas, a quien también hace referencia en el escrito, el santo de su único hijo.
Añade que ha preferido resolver de forma amistosa sus disputas con la cúpula de VOX. “Fui educado para no caer en fanatismos ni idolatrías. También aprendí en mi casa que los conflictos era preferible resolverlos de manera pacífica y discreta, siempre que fuera posible”, indica en la carta.
Está claro que todo esto lo había medido y meditado Juan García Gallardo durante el fin de semana. La carta no se improvisa. Y ya sabía, cuando convocaron ayer su comparecencia desde los servicios de prensa en las Cortes que esta no se iba a producir. Él mismo a las nueve de la mañana a través de un mensaje de texto sorprendió a sus compañeros con un giro radical de los acontecimientos. Nadie sabía nada. Ha utilizado la sorpresa contra sus propios compañeros de bancada, quienes se han mostrado contrariados por la estrategia de Gallardo. Y han mantenido una reunión de urgencia para gestionar una crisis que ahora adquiere mayores dimensiones con la marcha de quien fuera la estrella rutilante, también por sorpresa, de aquella campaña electoral que llevó a VOX a lograr 13 parlamentarios el 13 de febrero de 2022, que les abrió la puerta de su primer gobierno autonómico. Todo esto se ha ido desvaneciendo con la decisión de VOX de romper el pacto de la Junta, al igual que hizo en el resto de autonomías.
Gallardo discrepó internamente con la decisión de expulsar a Teira y Hernando, con los que estaba especialmente unido en los últimos meses, justo cuando estos empezaron a evidenciar sus críticas hacia el partido que les hizo procuradores. La discrepancia llegó a una discusión con tono elevado entre él y el vicepresidente de VOX, Ignacio Garriga. Gallardo se negaba el viernes a estampar su firma en la propuesta de expulsión junto a la de sus compañeros de bancada. La tensión llegó a tal extremo que Garriga tuvo que amenazarle con quitarle la portavocía si no firmaba la propuesta de expulsión del grupo de Teira y Hernando.
Seguramente en ese momento Gallardo se dio cuenta que su futuro en VOX, cuestionado desde hace tiempo, no era muy halagüeño. La dirección nacional intentó llevarlo a Bruselas con un cargo en el grupo para sacarlo de la política autonómica y despejar el paso al liderazgo del presidente de las Cortes, Carlos Pollán. Gallardo ha tomado la decisión antes de que la tomarán por él. Ha manejado los tiempos y la iniciativa, algo que es muy importante en política. Pero no ha sido muy leal con sus compañeros de bancada, tal y como reconocen fuentes de VOX en el seno de las Cortes.
El PP mira atento a lo que está ocurriendo en VOX. Saben que son sus verdaderos rivales en las urnas, pero también su viabilidad de gobierno, a la vista de que de momento parecen inalcanzables las mayorías absolutas de otros tiempos.
Mañueco ha ordenado calma en el seno de su partido y dejar que se VOX se vaya consumiendo sólo. No hay ningún atisbo de adelanto electoral. Pese a que VOX esté inmerso en una crisis de la que tendrá que rearmarse y el PSOE esté en transición tras haber decidido cerrar la etapa de Tudanca para abrir la de Carlos Martínez Mínguez, virtual nuevo secretario autonómico. Lo será de hecho a finales de este mes tras el congreso de Palencia.
Todo se le pone de cara al PP de Mañueco. Pero Mañueco sigue huyendo de un nuevo adelanto electoral. Su intención es llevar el mandato hasta el final, para demostrar que puede gobernar en solitario y cumplir la legislatura, tras dos coaliciones y un mandato fallido. Le llegan cantos de sirena de que adelante elecciones. Pero de momento su intención sigue siendo abrir las urnas en la primavera de 2026, que es cuando toca si el mandato concluye.