El Correo de Burgos

Exposición

Había un vez una ciudad...

San Juan se viste con una retrospectiva fotográfica de Fede, que recoge la vida de Burgos entre los años 1931 y 1960

Impresionante vista de los trabajos realizados para la construcción del mirador del Castillo.-Archivo Fotográfico Fede

Impresionante vista de los trabajos realizados para la construcción del mirador del Castillo.-Archivo Fotográfico Fede

Publicado por
A.S.R.
Burgos

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Había una vez una ciudad en blanco y negro. Era Burgos, pero no el de hoy. Quedaban muchos años y tenían que producirse un montón de aciertos y desaciertos hasta que apareciera la urbe que se recorta en el siglo XXI. Un año más, Fede hijo brujulea en el archivo de su padre para escribir a golpe de fotografía el relato de la vida cotidiana y política en Burgos entre los años 1931 y 1960.178 fotografías componen la retrospectiva que ocupa el Monasterio de San Juan hasta el 11 de febrero. Un viaje en el tiempo en el que el público se regodeará en el antes y el después de su fisonomía y las costumbres de sus gentes.«Es una exposición documental que quiere testificar lo que sucedió hace muchos años y cómo fue Burgos. Aparecen tanto actos oficiales como hechos curiosos o el cambio urbanístico que se ha producido. Sirve para el recuerdo de unos y para el estímulo y conocimiento de otros», resume Fede Vélez, que en los años sesenta tomaría el testigo de su padre con la cámara de fotos, pero que en San Juan muestra y habla orgulloso del papel de su progenitor como notario de su época.Un Fede padre bien abrigado, con sus pies enterrados en la nieve, saluda al espectador en una suerte de prólogo de este nostálgico relato. Presenta credenciales con instantáneas de la que fue su novia, Carmela, y luego su mujer, los viajes que realizó por la provincia como miembro de la Asociación de Fomento de Turismo de Burgos o en calidad de integrante del Fotoclub, con el que se inició en el oficio en los años veinte.A partir de ahí, permite que el visitante sea testigo de la presencia de Franco en la llamada Capital de la Cruzada. Se le ve en un desfile militar junto al mariscal Pétain, el día que se inauguró la estatua del Cid o en una visita a la Fábrica de Moneda y Timbre. Aparecen otros acontecimientos como el multitudinario entierro de Yagüe, los importantes fastos celebrados con motivo del Milenario de Castilla, las crecidas del río en el puente Malatos...El objetivo de Fede refleja igualmente los cambios en la fisonomía burgalesa, siempre con la Catedral como vigía. Sorprende el mercado de San Lucas donde ahora se levanta el complejo de la Evolución Humana, los trabajos de ensanchamiento del puente de San Pablo o los de la construcción del mirador del Castillo, la colocación del colector general en la calle Laín Calvo, el escondido claustro del monasterio de San Agustín, la apertura de la calle de Nuestra Señora de la Asunción...Una sonrisa despertará en el público el friso de la vida cotidiana que dibuja esta colección. Los jóvenes preparándose para opositar, la alegría del Carnaval, la celebración de Santa Cecilia, el autobús en el que viajó el Orfeón Burgalés a Sevilla durante tres días y sus noches, los hombres anuncios que paseaban a la salida de los toros en la plaza de Vadillos, el paso del ganado por las aguas del Arlanzón, las multitudinarias fotos de familia de los colegios, la concentración de carrozas en San Pedro en una irreconocible Plaza Mayor...Retratos de Marceliano Santa María, Modesto Ciruelos, Félix Rodríguez de la Fuente, Justo del Río, Maese Calvo y otros personajes ilustres se asoman a este relato de una ciudad en blanco y negro.

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