El Correo de Burgos

Feria del Libro 2024

Magalí Etchebarne: «La vida de un escritor es la búsqueda de su propia voz»

La escritora argentina presenta el sábado 25 de mayo ‘La vida por delante’, obra ganadora del VIII Premio Ribera del Duero / La cita, en la carpa grande del Espolón a las 13.15 horas

Magalí Etcherbarne, durante la entrega del premio el pasado marzo.

Magalí Etchebarne, durante la entrega del premio el pasado marzo.José I. Berdón

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Con tan sólo ocho ediciones, el Premio Ribera del Duero de Narrativa Breve se ha convertido en uno de los concursos más cotizados del panorama literario en lengua española. El jurado siempre ha estado formado por grandes plumas de nuestras letras, lo que avala la calidad de los ganadores. En esta edición de 2024, estuvo compuesto por la argentina Mariana Enríquez -presidenta-, la mexicana Brenda Navarro y el español Carlos Castán, acompañados por el editor de Páginas de Espuma, Juan Casamayor, y el presidente del Consejo Regular de la D. O. Ribera del Duero, Enrique Pascual.

Como se anunció el pasado marzo, Magalí Etchebarne (Buenos Aires, 1983) fue la galardonada por la obra ‘La vida por delante’. La escritora, que trabaja como editora, ha publicado relatos en antologías y revistas literarias, el libro de cuentos ‘Los mejores días’ (2021) y el poemario ‘Cómo cocinar un lobo’ (2023).

Este sábado, a partir de las 13.15 horas en la carpa grande del Espolón y dentro de la programación de la Feria del Libro de Burgos, Etchebarne charlará de la obra laureada con el Premio Ribera del Duero, acompañada por el escritor burgalés Rául Elena.

El nombre de la autora porteña también esconde una historia que podría dar para el comienzo de una sabrosa ficción. «En verdad me llamo Marina Magalí... Mi abuela, que era de Oviedo, se llamaba Marina, y así me llamaban en casa. Pero en el colegio me llamaban Magalí... Mucho tiempo después me enteré de que había una actriz que se llamaba Marina Magalí, fetiche del director de cine Leonardo Favio. Se lo comenté a mi madre y me confesó que me había puesto ese nombre por ella. ¡Aluciné!», ríe con simpatía. Quién sabe si alguna vez Etchebarne inventará un cuento sobre esta linda historia íntima de identidades prestadas y podremos disfrutarlos sus lectores.

Porque este es una de las grandes recompensas que conlleva el Premio Ribera del Duero: su publicación en muchos países de habla hispana y su venta mundial en formato digital y en audiolibro, lo que hace que sus potenciales lectores sean incalculables. «Esto ahora me genera mucho entusiasmo, pero también vértigo. Yo había publicado dos libros en editoriales pequeñas y con un recorrido limitado a mi entorno... Claro, el recorrido que voy a hacer con este premio por España y otros países es increíble. Tengo mucha curiosidad por cómo se va a leer en cada lugar», señala.

El cuento no es menor

Tradicionalmente, el cuento en España ha sido considerado un género menor o el «hermano pequeño de la novela». Afortunadamente, la labor de algunas editoriales, como Páginas de Espuma, y las sobresalientes obras de muchos autores van cambiando esta errónea concepción de la narrativa breve. Nombres que han pasado por Burgos recientemente como Eloy Tizón, José Ovejero o Marta Jiménez Serrano son buenos ejemplos. O la misma presidenta del jurado del premio ribereño, la colosal Mariana Enriquez.

«Yo no sabía quiénes formaban el jurado... Cuando me llamaron que había ganado, Juan Casamayor me pasó a Mariana Enriquez y fue una gran alegría. Dijo unas palabras muy bonitas sobre mi libro...», indica.

«Magalí Etchebarne es una de las autoras más auténticas que he leído. Su estilo es pura frescura e inteligencia. Encuentra humor en la tragedia y sabe de la tristeza con rabia y ternura. No hay postura ni solemnidad en su escritura», apuntó Enriquez.

«Fueron palabras muy hermosas, la vida de un escritor es la búsqueda constante de su propia voz, perdería mucho la gracia si lo tuviera todo bajo control desde el principio», confiesa. «Un ejercicio que hago es leer mis textos en voz alta y sentir si hay una música. Y primero me tiene que sonar a mí esa canción interior que busco, esa danza. Luego, si funciona, a esperar cómo lo valoran los lectores», asevera Etchebarne.

Mujeres y resistencia

‘La vida por delante’ agrupa cuatro cuentos donde las mujeres son las grandes protagonistas, en algunos incluso como narradoras. Un grupo de mujeres que se resiste a la sordidez del paso del tiempo [’Piedras que usan las mujeres’]; dos amigas de vacaciones en un paisaje imponente, donde acecha la oscuridad y el pasado como un animal feroz [’Un amor como el nuestro’]; dos hermanas que retrasan desprenderse de las cenizas de su madre en el mar [’Temporada de cenizas’]; una pareja que vive en la tensión del conflicto permanente [’Casi siempre desesperados’] son las cuatro historias de esta obra. «Son historias que escuché y circulaban a mi alrededor, pasadas por la ficción. Por el momento, me parece lo más honesto inventarme otras mujeres inspiradas por el universo que ha rodeado mi vida», detalla.

El libro concluye con ‘Casi siempre desesperados’, un cuento más alejado de los otros tres en la forma de su narrativa. Todo un aldabonazo. «Es más directo que los anteriores y hay más acción... me aburre un poco cuando los personajes van y viene constantemente. Pero este tiene más diálogos y movimientos por las discusiones de la pareja. Quizá sea menos reflexivo o que no mira tanto al pasado como los otros, donde la memoria es un contrapeso del presente», concluye Magalí Etchebarne, «deseosa de conocer Burgos y su Feria».

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