Del euro al reto de la descarbonización

«La transformación de la economía ha sido radical en los últimos 25 años». Con esta frase resume José María Calzada, catedrático del departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Burgos, los años que han pasado entre 1999 y 2024 en lo que tiene que ver con el desarrollo de la capital y de la provincia.

El 1 de enero de 1999 se confirmó la entrada de España en el euro y este hecho ha sido uno de los hitos que resaltan de aquella época las hemerotecas. Calzada recuerda que se venía de años de ajuste económico con el presidente José María Aznar (PP) para prepararse para la llegada de la moneda única, «entonces casi nadie creía en ello, pero el país entró en una etapa positiva de crecimiento». 

Sin embargo, en la economía hay muchos ciclos y esos momentos de fluidez dieron quizá demasiado protagonismo a la construcción hasta que llegado el 2007 llegó una de las crisis más importantes que ha vivido el país en la historia reciente que supuso otro de los «hitos», esta vez en lo negativo, en el panorama económico.

Según asegura, «en el año 99 estábamos en una época de expansión económica a nivel nacional, en un ambiente positivo y dinámico, con aquella frase de ‘España va bien’, que favoreció el crecimiento económico». En este contexto, Burgos se beneficiaba de la situación con un eje económico «fuerte» el que iba de Madrid al País Vasco, que pasaba por esta provincia.

Por poner un ejemplo, merece la pena hablar de la situación financiera de la provincia con tres entidades locales (Caja de Burgos, Caja Círculo y Caja Rural) que copaban más del 80% del mercado financiero de la provincia. «Todas ellas estaban muy implicadas en la estructura económica local, que de alguna forma incentivaban la actividad económica en Burgos, apoyando casi todas las iniciativas que surgían», asegura.

Más tarde, la crisis de 2007 causó estragos en la provincia, «fue una situación muy dura para este país, que recolocó toda la economía». Así, el profesor de la Universidad de Burgos considera que en los años posteriores comenzó a ganar más peso el eje mediterráneo de Madrid a Valencia y Málaga, «por lo que se desplazaron los ejes de crecimiento y tuvo como consecuencia que Burgos se quedó lejos de ese espacio».

Desde su análisis, País Vasco y Burgos están creciendo por debajo de la media, pero nuestra provincia tiene el problema añadido de que tiene mucha menos población. Así, añade que «el principal problema de Burgos es su tamaño poblacional y, por tanto, tiene la economía de una ciudad pequeña que depende de los flujos que antes eran favorables y ahora no lo son».

El ámbito financiero cambió muchísimo en esos diez años siguientes a 1999 y en la provincia quedó solo una de las tres entidades locales, que ha crecido desde entonces, pero es cierto que del 80% del mercado financiero controlado por agentes locales se ha pasado alrededor del 12%. Desde el punto de vista de Calzada, esto hace que la «incentivación de la actividad económica sea más compleja».

Retos de futuro

El momento actual atraviesa por otras complejidades. Si en el 1999 se cernía la incertidumbre de lo que iba a pasar con el euro, en 2024 se está en el punto de inflexión de «los planes de descarbonizar la economía sin saber muy bien cuáles son las actividades económicas sostenibles que van a proporcionar desarrollo a las economías».

«Sabemos que hay que cambiar, pero no se sabe bien hacia dónde», indica el profesor de Economía Aplicada, que añade que se está en un momento de desarrollo de las inteligencias artificiales y de los nuevos sistemas de energías: las renovables y el hidrógeno.

En su opinión, los agentes económicos están «desorientados» en este momento de cierta inseguridad si se mira hacia el futuro. Pone como ejemplo, las dudas en la industria del automóvil, una de las más desarrolladas en la provincia. «No tienen claro hacia donde tienen que ir y, por esto, yo creo que el momento es más complejo que en 1999», asegura.

Mercado de trabajo

Con respecto al empleo, el profesor de la Universidad de Burgos entiende que existe un conflicto con el mercado laboral «sólido» que existe en Burgos con tasas bajas de paro. Así, regresa sobre el tema del tamaño poblacional de la provincia... «Posiblemente, tengamos menos paro porque la gente no se queda en Burgos y se va a buscar oportunidades donde cree que las puede encontrar», añade. En este sentido, el crecimiento del mercado laboral es muy inferior al de la media nacional, sobre todo desde la crisis de 2007, de la que Burgos se recuperó más tarde con una importante pérdida poblacional.

Calzada asegura que no hay que fijarse tanto en las cifras de paro como en los datos de generación de empleo, que van bastante por debajo de la media nacional, en concreto, se está creciendo la mitad. Así, observa que «el empleo genera población y la población genera economía y, por tanto, se depende de otras economías como la de Madrid y el País Vasco».

Con este panorama, el crecimiento económico de Burgos tiene sus complicaciones, ya que existen desequilibrios entre territorios que provocan que las empresas si tienen que decidir entre implantarse en Burgos o en Alcobendas o Fuenlabrada, se inclinen por las ciudades madrileñas porque allí van a encontrar mano de obra. En este sentido, considera que las políticas fiscales deben cambiar para apoyar a los territorios más pequeños. «¿Por qué Burgos tuvo en los años 60 un desarrollo industrial tan relevante Porque tuvo unas ayudas fiscales muy importantes», insiste. Calzada anima a realizar una política fiscal decidida para corregir los desequilibrios territoriales y revertir el camino de la «España vaciada».

Por otro lado, el profesor de la UBU se fija en si el desarrollo de las infraestructuras contribuyen a generar riqueza económica en los territorios. «Ni contigo ni sin ti, tienen mis males remedio. Contigo porque me matas sin ti, porque yo me muero», dicen los versos de Antonio Machado. Y, teniendo en cuenta ese fragmento de poema, Calzada apunta que una ciudad sin infraestructuras de comunicación está muerta, pero si las tiene «también hay que tener en cuenta que sirven para llegar y para marchar».

Y pone como ejemplo, lo que ha sucedido en la provincia, donde las infraestructuras han ayudado a que los pueblos se vacíen y se concentre la actividad en la capital, en Aranda y en Miranda. Comenta que es un tema complejo, «pero es cierto que es imprescindible tener AVE y ojalá tuviéramos el directo para mover mercancías, porque esto daría más eficiencia a las empresas».