El Correo de Burgos

Las ciberestafas siguen al alza en Burgos con un incremento por encima del 25%

Las 1.544 denuncias interpuestas durante el primer semestre de 2023 acaparan el 88% del total de los delitos cometidos a través de internet

Muchas ciberestafas están relacionadas con tarjetas de crédito.

Muchas ciberestafas están relacionadas con tarjetas de crédito.SANTI OTERO

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De un tiempo a esta parte, sobre todo a raíz de la pandemia, la cibercriminalidad se ha convertido en el principal quebradero de cabeza de las fuerzas y cuerpos de Seguridad. Lo reflejan las estadísticas y lo corroboran los propios mandos de la Policía Nacional o la Guardia Civil, haciendo llamamientos a la población para que no muerda anzuelos y reclamando más y mejores herramientas para impedir la comisión de este tipo de delitos. Sea como fuere, este fenómeno no es ajeno a la provincia de Burgos sino todo lo contrario. A lo largo del primer semestre del año, las estafas informáticas aumentaron un 25,6% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. 1.544 casos en total, unos ocho al día, frente a los 1.229 del ejercicio previo.

El cómputo global, tomando como referencia el último balance de criminalidad (de enero a junio) elaborado por el Ministerio del Interior, refleja que las estafas son el principal caldo de cultivo a la hora de cometer actos ilícitos a través de las nuevas tecnologías. Y aunque haya provincias con mayores índices, lo cierto es que Burgos se sitúa por encima de la media regional. En cualquier caso, los datos recabados en este informe muestran que Burgos acumuló 1.747 ciberdelitos durante los 180 primeros días del año. El incremento, si se compara con el primer semestre del ejercicio pasado, se sitúa en el 25,1%.

La tendencia alcista de Burgos, palpable en el conjunto de la Comunidad, se manifiesta de forma desigual en términos porcentuales. Si hablamos de estafas en el último periodo susceptible de análisis, Ávila se llevó la peor parte con una subida del 48,1% al pasar de 501 a 742 delitos. Sin embargo, la mayor concentración se produjo en Valladolid, con 2.523 casos que acaparan el 24% del total, mientras León permanecía a la zaga con 1.793. Lo curioso del asunto es que las dos provincias con mayor número de delitos registraron las tasas de crecimiento más bajas (6,5 y 4%) con permiso de Salamanca: 1.504 estafas y un incremento del 4,8%. Por otro lado, conviene remarcar que también Ávila, Segovia y Zamora acabaron el primer semestre de 2023 superando la media autonómica.

Resulta evidente que la proliferación de la ciberdelicuencia creció exponencialmente tras la irrupción del Covid-19. Hasta el punto de que Interior se viese en la tesitura de incluir una categoría estadística específica en sus balances de criminalidad. No en vano, existe un apartado donde se recogen, con mucho más detalle, todas las infracciones penales relacionadas con las nuevas tecnologías. Y ahí se aprecia, en el caso de Castilla y León, un preocupante aumento del 94,2% entre 2022 y 2019.

Sin salir de las estafas, la amplísima mayoría están relacionadas con tarjetas de crédito, débito o cheques de viaje. Antes de la pandemia, esa práctica ya era bastante habitual y en Castilla y León se aproximaba a las 6.000 denuncias anuales. Tan solo tres años después, Policía y Guardia Civil contabilizaban ya 10.800. Es decir, un 81% más.

La nota positiva, dentro de lo que cabe, reside en la disminución progresiva de las estafas bancarias, que experimentaron un histórico bum en 2020 con más de un millar de delitos cometidos. Poco a poco, parece que la sociedad se ha ido concienciado y que los mecanismos de control son más efectivos, ya que el año pasado la cifra descendió a 239. Y si comparamos con el año antes de la pandemia, la caída ronda el 56%.

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