El Correo de Burgos

Los aranceles de Trump «expulsan» al cereal burgalés del mercado

Asaja reclama, en la inauguración de su nueva sede, que «la UE espabile, nos defienda, nos proteja» / Ante la falta de relevo en el campo exigen «hablar menos y hacer más»

Donaciano Dujo (Asaja Castilla y León), Esteban Martínez (Asaja Burgos) acompañan a Pedro Barato en una visita por las instalaciones.

Donaciano Dujo (Asaja Castilla y León), Esteban Martínez (Asaja Burgos) acompañan a Pedro Barato en una visita por las instalaciones.SANTI OTERO

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El campo se encuentra en un momento lleno de incertidumbres. Los agricultores se sienten perjudicados por toda la inestabilidad que golpea la escena nacional e internacional. Las amenazas diarias de Donald Trump desde la Casa Blanca en Washington tienen su efecto en los campos de cereal que cada año cultivan los agricultores burgaleses en el denominado granero de Castilla y León.

El ultimo anuncio del magnate-presidente norteamericano remarca la imposición de un 25% de aranceles a los productos de la Unión Europea pero, además, se aplicarán a lo que se compra como los fertilizantes. «Si te ponen aranceles a lo que vendes y te van a poner aranceles a lo que tu necesitas para producir, pues la situación va a ser complicada», explicó el presidente de Asaja Castilla León, Donaciano Dujo, durante la inauguración de las nuevas instalaciones de Asaja Burgos en la Avenida de la Paz.

Y es que se avecina marejada. «Se quieren poner 48 euros por tonelada a partir de julio, si se aprueba, 148 el año que viene y 348 euros al tercer año, eso significa que el importe del arancel será superior al coste de una tonelada de abono», resumió Dujo. Al mismo tiempo el secretario general de Asaja, Pedro Barato, insistió en la necesidad de que las administraciones europeas «deben buscar la rentabilidad porque la PAC es importante, pero supone un 30% de la renta, el 70% es el mercado y eso significa que las cosas tienen que valer lo que tienen que valer». Así que desde el sindicato agrario creen que «ya es hora de que la Unión Europea (UE) espabile, nos defienda, nos proteja y haga una política agraria comunitaria, profesional, productiva y libre».

A este respecto pusieron el foco en otro problema internacional que golpea en la linea de flotación de la rentabilidad de las explotaciones agrarias. A finales del ano pasado se aprobó el acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur. «Nosotros no nos oponemos a que el mercado sea abierto ni nos oponemos a que el mercado sea global ni nos oponemos a nada, lo único que decimos es que las condiciones para producir tienen que ser las mismas allí que aquí», remarcó Barato. Relató como en algunos países de Mercosur se pueden utilizar fitosanitarios que están prohibidos en la Unión Europea como los neonicotinoides; allí pueden fumigar con avioneta y aquí no; y en el ganado se pueden utilizar hormonas que en la Unión Europea no se permiten. «Pedimos reciprocidad y que se cumpla aquello que decían todos los partidos políticos en las elecciones europeas de que iban a conseguir las cláusulas espejo y, a día de hoy, no están conseguidas».

Otro caballo de batalla más doméstico tiene que ver con el relevo generacional que no termina de cuajar. En la Asociación de Jóvenes Agricultores la gran mayoría pintan canas en un sector por el que hay vocación y cantera pero no rentabilidad que anime a dar el paso. «Vocaciones hay, el problema es la burocracia y la falta de una política de incorporación de jóvenes a nivel nacional, no de una u otra comunidad autónoma, tiene que haber dinero suficiente y tiempo para pagarlo porque no puede ser que llegue antes el préstamo de la caja que la ayuda de la consejería», lamentó Pedro Barato. Por eso sostiene que «hay que hablar menos y hacer más».

Un contexto de inestabilidad y demandas que llevaron al campo a la calle el pasado año y parece que vuelven a la misma casilla de salida. «Si seguimos por el camino que se va, volveremos a salir a la calle», amenazan. Unas protestas donde «Asaja no veta a nadie» ante las disputas internas entre agrupaciones agrarias.

Los responsables nacional y regional realizaron estas declaraciones en la inauguración del nuevo espacio de los agricultores de Asaja en Burgos. Unas nuevas instalaciones, más amplias y modernas, que las anteriores, y que les lleva a la avenida de la Paz. «Son unas nuevas oficinas modernas, funcionales y acordes a los nuevos tiempos y necesidades que tenemos los agricultores y ganaderos», señala el presidente de Asaja Burgos, Esteban Martínez.

El espacio, dividido en dos plantas, permite contar con «despachos individuales para que, de manera mas discreta los agricultores y ganaderos socios puedan venir a hacer trámites sin que nadie tenga que escuchar lo que estamos haciendo», indicó. El sindicato agrario representa en la provincia de Burgos a 2.000 agricultores y ganaderos y cuentan con una plantilla de 20 personas que prestan servicio de integral a los titulares de las explotaciones agrarias de la provincia.

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