Sanidad rural
“Como médico de pueblo me he sentido querido y respetado. Se lo aconsejo a las nuevas generaciones”
Jesús se ha jubilado tras 37 años de servicio en pueblos como Cilleruelo. "Me preocupa el futuro de los consultorios rurales"

El Ayuntamiento de Cilleruelo despide a su medico y a su párroco, situados en el centro de la imagen
Tras 37 años como médico de pueblo, Jesús García Cuadrillero se ha jubilado, no sin antes recibir un sentido homenaje de Cilleruelo de Abajo, uno de los cuatro pueblos que asistía. Él lo tiene claro: todos los esfuerzos han merecido la pena.“Haciendo memoria de toda mi carrera profesional, he tenido la suerte de sentirme muy querido, respetado y arropado por la gente de aquellos lugares en los que he ejercido. Acabo esta etapa muy satisfecho, aunque con la incertidumbre de no saber si los consultorios rurales se conseguirán mantener en el futuro debido a la despoblación”, admite.
"Me voy con grandes amistades"
Pese a las dificultades, Jesús lanza un mensaje de esperanza y anima a las nuevas generaciones de médicos a probar esta experiencia. “Estoy seguro de que no les defraudará”, subraya agradecido a todos los compañeros de profesión “y pacientes de mis pueblos”. “Me voy con grandes amistades”.
Él pertenece a esa generación que inició su carrera profesional prestando asistencia en los pueblos las 24 horas del día. “Han sido muchos los años que han pasado desde aquel entonces y, por supuesto, el contexto ha cambiado. Nos ha tocado vivir el éxodo rural y, con ello, un cambio en la metodología de esta profesión”, afirma convencido del importante papel que cumple el médico rural contra la despoblación.“Creo que es de vital importancia continuar prestando este servicio en los pueblo; de esta manera podremos animar a las nuevas generaciones a asentarse en cualquiera de ellos”, defiende.

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Un pueblo agradecido
‘Don Jesús’, como lo conocen en Cilleruelo de Abajo, ha sido más que un médico de pueblo. “Ha sido médico, psicólogo y siempre ha estado ahí cuando lo hemos necesitado. Incluso si no tenías cita, nunca dejaba a nadie”, agradece el alcalde de Cilleruelo de Abajo, Domingo López Sainz.
Tras 37 años al frente del consultorio, llega la despedida. “Cuando supimos que se jubilaba, decidimos hacer un homenaje, y la verdad es que fue sencillo, como es él, pero muy emotivo. Había más de 100 personas, y fue bonito porque, tras la misa y la entrega de la placa conmemorativa, estuvimos en el local celebrando un aperitivo, y todo el mundo tuvo la oportunidad de despedirse”. “Tener el mismo médico durante 37 años ha sido un lujo para Cilleruelo. Lo vamos a echar de menos”.
En la retina de todos los vecinos quedan historias de su compromiso, desde los primeros años, en los que vivió en la casa del médico del pueblo, hasta otros más complicados, como los difíciles momentos vividos en la pandemia, cuando el municipio enterró a varios afectados por el virus. “Estuvo siempre muy accesible, muy pendiente de los pueblos y de la gente. Fueron momentos muy difíciles y estuvo siempre con nosotros”, agradece, a sabiendas de que ha sido el médico de varias generaciones. “Cuando mis abuelos vivían, él formaba parte de la casa, del día a día. Cuando se iba de vacaciones, el día que volvía había largas colas en la consulta”, recuerda.
Junto a ‘don Jesús’, hubo también otro homenajeado: el párroco ‘don Ramón’. “Tras cinco años aquí, ha sido trasladado a otro destino, y le estamos también muy agradecidos porque ha sido muy cercano y activo”.
Incertidumbre
El pueblo se prepara ahora para los cambios. “Ya tenemos párroco nuevo, pero estamos preocupados por el tema del médico, porque no sabemos si se mantendrá la periodicidad de tres días por semana o habrá menos días de consulta”, advierte el primer edil, sin olvidar otra cuestión importante. “Tampoco sabemos si tendremos, como hasta ahora, un médico asignado o se irán turnando, porque hay varios médicos del centro de salud de Lerma que se jubilarán en los próximos años. Hay incertidumbre”.
Jesús era médico de plantilla del centro de salud de Lerma y luego cubría cuatro pueblos, entre los que se encontraban Quintanilla de la Mata, Cabañes y Cilleruelo de Abajo. “Que venga siempre el mismo médico ayuda mucho, porque ya conoce a todos los vecinos y sabe lo que tienes casi antes de entrar por la puerta”.
“Cilleruelo tiene mucha vida”
Domingo lleva como alcalde un año y medio. Es ingeniero y, aunque trabaja en Aranda, vive entre la capital ribereña y Cilleruelo. “Lo que más me gusta de Cilleruelo es la vida que tiene, porque es verdad que entre semana hay poca gente, pero los fines de semana es todavía uno de esos pueblos que tiene actividad. De hecho, es raro el fin de semana en el que no haya algo”.
El Ayuntamiento trabaja, en este sentido, codo con codo con la asociación cultural Collalba, con su cine y otras actividades, como la carrera popular San Silvestre o los campus deportivos. “Estamos trabajando para hacer reformas en el centro cultural, porque pasamos mucho frío. Espero poder llevarlas a cabo antes de que acabe la legislatura”.
Más proyectos: el agua. “Cilleruelo fue el primer pueblo donde se detectó el problema de nitratos, y para nosotros es prioridad”, señala, con la esperanza de mejorar la red de saneamiento de cara a resolver también el déficit de agua que muchos veranos sufren por el aumento poblacional. “Aquí llegamos a multiplicar la población por cuatro, y en alguna ocasión ha habido restricciones”.

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El segundo gran reto tiene su epicentro en la zona de bodegas subterráneas, un conjunto formado por más de 80 bodegas pequeñas, cuyo estado es dispar. “Se está recuperando la tradición de ir con los amigos, y eso, sin duda, es el mejor aliado de la recuperación”, afirma, con la mirada puesta, además, en otro desafío: el arreglo de caminos para facilitar el tránsito de los agricultores.