Aranda de Duero
Los vecinos de Santa Catalina exigen soluciones contra los okupas, la suciedad y la venta de drogas
El presidente de la asociación vecinal explica las necesidades y urgencias del barrio

Antonio es el presidente de la Asociación de Vecinos del barrio Santa Catalina
La ocupación es, a día de hoy, el problema que más preocupa en el barrio de Santa Catalina. Según explica el presidente de la asociación de vecinos, Antonio Adeliño, han detectado un “aumento significativo” de viviendas ocupadas por la fuerza, o ‘inquiocupas’, inquilinos que no pagan, como ha ocurrido, asegura, en la calle Diego de Avellaneda y Fernán González. “También se conocen intentos de ocupación en plaza Montehermoso, número 1, y en calle Rinconada, 9”, apremia.
Según explica, al ser un barrio de clase obrera, "aquí no hay propietarios especuladores, ni fondos buitre ni malvados banqueros", son personas de clase media que han comprado su casa con enorme esfuerzo y sacrificio".
Decididos a conocer el alcance de la ocupación en el barrio, la sede la asociación de vecinos de Santa Catalina albergará un encuentro de afectados el viernes 28 de marzo a las 20.00 horas.

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En el segundo puesto de este escalafón está la venta de drogas, con puntos conflictivos “en la calle Pizarro, en su cruce con calle Tenerife, y en la calle Hospicio”. Junto a la presencia policial, los vecinos insisten en la importancia de mejorar una iluminación que es escasa. “Necesitamos que se sustituyan las farolas del barrio por luminarias LED, ya que muchas de las actuales alumbran poco y gastan mucho más que las modernas”, argumenta.
El portavoz vecinal extiende su inquietud a las aceras y rebajes que incumplen la normativa, así como a la inseguridad que crean baldosas sueltas o despegadas, y expone casos concretos, como la acera derecha de la Avenida de Burgos, desde el portal 12 al 18, donde hay daños visibles en los “vados vehiculares de los garajes y en la zona de descarga del supermercado Alcampo”.

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También llama la atención, continúa, la plaza Obispo Acosta, donde el firme es irregular, con adoquines ondulados, sobre elevados y arquetas hundidas. “Está impracticable para el juego de los niños”, subraya, con la esperanza de que el Ayuntamiento ponga también algún aparato de juego infantil.
Otro de los grandes desafíos del barrio, y de Aranda, son los grafitis. “Últimamente se han disparado las pintadas en fachadas, por lo que se pide que se vigile y sancione esta conducta incívica y dañina para los intereses particulares y públicos”, lamenta, con la mirada puesta, sobre todo, en las paredes del parque Príncipe de Asturias, donde también habría que replantar césped en las zonas en las que ha desaparecido.

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Más basuras y menos escombreras
El barrio exige, además, soluciones contra la suciedad, con contenedores de basura en zonas deficitarias, como el aparcamiento de la calle Pedro Sanz Abad, junto a la valla del parque de La Huerta, para dar servicio a los últimos portales de la calle Diego Laínez, que los tienen a más de 150 metros, y al bar del citado parque.
Mención especial merecen las escombreras, que siguen surgiendo en las Eras de Santa Catalina, Cantaburros y en el final del camino Pizarro.

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El presidente vecinal insiste, además, en acatar la resolución del Procurador del Común, de fecha 31 de mayo de 2023, y modificar la ordenanza de terrazas y veladores para que se dejen “todas las líneas de fachadas libres de obstáculos en 1,80 metros”. “Los comerciantes no tienen derecho a ocupar la calle; los viandantes, sí”, defiende Antonio Adeliño.
Desde la asociación reclaman, por otro lado, un mayor control para impedir que el taller de la calle Diego Laínez “convierta las zonas de aparcamiento de las calles próximas en almacén de vehículos pendientes de reparar, de achatarrar o de vender en el mercado de segunda mano”; y también medidas contra los propietarios que no recogen los excrementos caninos, así como contra aquellos que pasean animales peligrosos sin el correspondiente y obligado bozal.
Por último, el colectivo hace un llamamiento al equipo de gobierno de Sentir Aranda, para que acondicione el último tramo de la calle Pedro Sanz Abad, “ampliando la calzada que es estrecha”, eliminando los socavones del margen derecho y habilitando espacio para que los coches aparquen en batería.