Otro Zurbarán Rock apoteósico (y los que quedan)

Quizá suene a tópico, pero mejor imposible. «Hemos sobrepasado nuestras propias expectativas, que ya de por sí eran positivas», comentaba este sábado a media tarde la cabeza visible del Zurbarán Rock, Laura Sagredo, exhausta tras una primera jornada para enmarcar y una segunda que había empezado «fuerte» con Grave Noise dejándose la piel y mereciendo «volver en una posición mucho mejor». Ya por aquel entonces, veía más que factible alcanzar los 10.000 asistentes. Pero lo que importa no es la cifra, superada sí o sí respecto a la anterior edición. Lo que realmente cuenta es el «buen ambiente», la implicación de las bandas y el hecho de consolidar a Burgos -más si cabe- como enclave de referencia del heavy metal en España.

«No somos profesionales de esto, nos estamos profesionalizando sobre la marcha», advertía Sagredo. Pues menos mal, porque ya podrían tomar nota muchos festivales sobre cómo hacer bien las cosas. La reacción del público lo dice todo y la encuesta de satisfacción y sugerencias de cara a 2024, ya activa en la tarde del sábado a través de un código QR visible en numerosos carteles, se tradujo el año pasado en un rotundo sobresaliente. «Que nos digan en caliente lo que quieran, cómo podemos hacerlo para seguir mejorando». En principio, la única queja era que el viernes había que hacer cola para utilizar los urinarios -menudo drama-. Afortunadamente, se instalaron baños portátiles para que los hombres pudiesen vaciar la vejiga de pie y así agilizar la espera.

De puertas hacia fuera, daba la impresión de que los grupos se encontraban a gusto. De puertas hacia dentro, lo corrobora Sagredo, también. Que se lo digan a Marco Pastorino (Temperance), presente en 2022 junto a Secret Sphere. O a Girish and the Chronicles, la banda revelación que tuvo que repetir por aclamación popular. Todos «encantados», con «el hotel al lado y a diez minutos andando de sitios como la Catedral». Por todo esto y mucho más, «les parece un lugar especial».

Difícil quedarse con un recuerdo concreto, un instante mágico, una imagen fija que permanecerá para siempre en la memoria. Sin embargo, Sagredo destaca -sin desmerecer al resto- los vídeos «impresionantes» que le llegaron del concierto de Freedom Call en la noche del viernes. «No es que estuviese lleno, es que no había casi espacio entre las personas». Una «barbaridad», las cosas como son, al igual que el cierre con Angelus Apatrida. ¿Cómo definirlo? «Una locura porque son tremendos».

Si hablamos de aciertos, la organización del Zurbarán Rock celebra la instalación del escenario Valdorrock por el que desfilaron Basati, Sexma, Perrosdepaja y Ethernal en ambas jornadas bien entrada la noche. Y no sólo «ha venido para quedarse», sino que además ya se plantea seriamente la posibilidad de «dotarle de más infraestructura» porque «ha funcionado muy bien». De hecho, las bandas se sintieron muy a gusto e incluso hubo quien confesó que «a muchos escenarios principales de muchos sitios ya les gustaría tener este equipamiento».