Rock burgalés «al pie del cañón» en la gran final del Concurso de La Rúa

La suerte está echada. El nombre de los ganadores permanecerá bajo secreto de sumario hasta el sábado 1 de marzo. Habrá nervios esa noche -no es para menos- entre los participantes a partir de las 21 horas. También risas cómplices y algún que otro brindis en sana competición. Así se desarrolla, desde hace más de una década, la final del Concurso de Música en Directo de La Rúa. Con música en directo, valga la redundancia, a cargo de un grupo especialmente invitado para la ocasión. 

«Ha estado súper reñido, como siempre». Quizá suene a tópico, pero cualquiera que haya asistido cada jueves para ver a las bandas que concursaban en esta edición puede dar fe de que Jacho, gerente de la sala, no miente. Las calificaciones que emite los miembros del jurado van a misa y las matemáticas son una ciencia exacta, pero hay que sacar la calculadora y leer las valoraciones. El proceso, por lo tanto, lleva su tiempo. 

«La transparencia es total», remarca el también director del Concurso a falta de conocer la identidad de los ganadores en la categoría de Mejor Canción, donde el público tiene voz y voto a través de internet. El plazo finaliza el jueves 27 de marzo, así que faltaría un sobre por lacrar. 

Los premios, sin duda, constituyen un poderoso aliciente para apuntarse más allá de la oportunidad de tocar en esta emblemática sala burgalesa por la que han desfilado artistas de renombre desde su apertura en 1997. El ganador se llevará 1.500 euros, la posibilidad de grabar dos temas de estudio y un pase directo al Sonorama Ribera y el IN Festival. El segundo: 800 euros y una canción en estudio. Además, los autores de la Mejor Canción a ojos de la gente volverán a casa con 300 euros en el bolsillo. 

«Da pena que se acabe y que no hubiese más grupos para tener más competencia», confiesa Jacho a sabiendas de que esta edición -la undécima ya- se presentaron menos bandas que en años anteriores. Aún así, el certamen volvió a funcionar «a las mil maravillas». Sobre todo a nivel de público, con una respuesta «increíble» de principio a fin. Queda claro, tal y como han podido comprobar los responsables de la sala, que «la cultura burgalesa, a pesar del frío, tiene muy buena salud para salir a la calle un jueves de invierno». 

Puede que el balance sea «brutal», pero Jacho y compañía aspiran a lograr mayor afluencia de participantes porque «en Burgos hay muchísimos grupos». Para lograrlo, «el año que viene saldremos con más fuerza y daremos una vuelta de tuerca». En cualquier caso, deja claro que «estamos súper orgullosos y contentos con el Concurso». 

Invitados de lujo

Toda final que se precie necesita emoción previa. Y una buena fiesta, por supuesto. Sería demasiado frío limitarse a dar el nombre de los ganadores y adiós muy buenas. Lo suyo es mantenerles en vilo un buen rato mientras el resto del público disfruta de un señor concierto. En esta ocasión, a cargo de un grupo burgalés que ya ha puesto la sala patas arriba con anterioridad. 

El 'sí' de Lobocordero a la invitación fue prácticamente inmediato. La fecha cuadraba, así que todos contentos. «Tienen un recorrido donde la constancia y el esfuerzo son claves», destaca Jacho mientras subraya que «llevan un montón de tiempo al pie del cañón y, aparte, son colegas».  

Año y medio llevaban los Lobocordero sin pisar escenario de La Rúa. Y ya lo echaban en falta. «Que nos llamara Jacho fue algo inesperado y estamos muy contentos», reconoce Paco Juez, vocalista de la banda, orgulloso de formar parte de esta iniciativa porque «el nivel de la música burgalesa está súper alto y nos apetece tocar delante de ellos». 

«Siempre hemos traído grupos de fuera más o menos emergentes», recuerda el gerente de La Rúa. Entre ellos, bandas como Kitai, New Day o Levitants. Y Glotón, con el director del Sonorama, Javier Ajenjo, al frente. Fue, de hecho, su «regalo» de cumpleaños al coincidir justamente con la final del año pasado. 

Lobocordero, por su parte, encara este concierto con ganas de repasar su trayectoria mientras se vislumbran nuevos temas pendientes de grabar en primavera. En cuanto a bolos, la banda actuará en el club de pádel Saque (Palencia) el 15 de marzo y la sala El Sol (Madrid) el 12 de abril. Más adelante, caerán «varios festivales» y lo que vaya surgiendo. Todo sea por el rock mientras las musas siguen sobrevolando a su alrededor.