“En estos días de tormentas nos jugamos la cosecha”
Antonio de la Fuente es viticultor y el nuevo presidente de los enólogos de Ribera del Duero (Enoduero)

Antonio de la Fuente es el nuevo presidente de la asociación de enólogos Enoduero
No está siendo un año fácil. “Estamos en un momento especialmente complicado. Hay muchas tormentas, riesgo de granizo, y de enfermedades fúngicas como Mildiu y Oidio. En estos días te juegas la cosecha”, advierte el viticultor y presidente de la Asociación de enólogos de la Ribera del Duero (Enoduero), Antonio de la Fuente.
En su opinión, toca estar “mas que nunca en el campo”. “Hay que estar muy pendientes porque con la humedad que hay y el calor, hay un riesgo real de Mildiu y Oidio. Hay que vigilar cada día y tratar porque, aunque son ciclos que no tienen por qué coincidir, puede pasar. Yo recomendaría ser muy riguroso con los tratamientos”.

Ribera
Balance granizo del 24 de junio. 4.650 hectáreas afectadas en la Ribera del Duero
Loreto Velázquez
A pie de campo los viticultores ultiman estos días la poda en verde. “Ahora estamos subiendo alambres y cortando tallos en la etapa previa de la floración por eso también el momento es delicado”.
Cálculos y vaticinios
Aunque en principio viene mucha uva, es pronto para aventurar cálculos y vaticinios. “En 20 minutos te cae un granizo y te deja sin nada”, señala. Sabe bien de lo que habla. Trabaja cinco hectáreas de la familia y luego para el Grupo Pierola ejerce de enólogo en las bodegas de Ribera del Duero, Rueda y Rioja.
A título personal, él lo tiene claro: por ahora se planta con las 5 hectáreas de sus padres. “Según está el mercado no es momento de andar plantando. A nivel general hay mucha uva y no se está absorbiendo. Ya lo estamos viendo con el vino e incluso con la cerveza. El mercado esta parando y hay que esperar a ver si es algo coyuntural”.
En su opinión, las administraciones deberían plantearse el cierre de las plantaciones más allá de los dos años acordados en Ribera del Duero. “En Rioja este año llevan dos campañas con vendimias en verde y se plantea el arranque de viñedo, que luego veremos cómo se regula”.
A corto plazo, preocupan las lluvias. “En todos los años que llevo nunca había visto caer tanto agua en tan poco tiempo, pero no perdamos la perspectiva. Siempre es mejor que llueva a que deje de hacerlo y vuelva la sequía”, señala convencido de que aunque las lluvias abren la puerta, y muchas veces la ventana, a enfermedades de hongos, “si no llueve, la planta se puede morir”.
Antonio es un gran defensor de las cubiertas vegetales para regular el viñedo. “En estos días de lluvia ayuda bastante a equilibrar porque entra en competencia directa con la planta, pero hay que saber gestionarla y no es fácil. Por ejemplo, hay que tener mucho cuidado y si no llueve comenzar a retirar, primero algunas calles y si se agudiza la falta de agua, quitarlas en todas”.

Una de las parcelas que trabaja en Ribera
Costes extras
Sin saber aún cómo será el precio de la uva tras la vendimia, por el momento es un año en el que el viticultor va a afrontar costes extras. “Lo ideal sería fijar un precio mínimo con el que se garantice la cobertura de costes, pero como eso sería intervenir en el precio, toca esperar y ver cómo se ajusta al final la rentabilidad”, afirma consciente de que si llega una cosecha amplia, como se espera a día de hoy en Ribera del Duero, y el precio baja en exceso, muchos viticultores se verán en la tesitura de recortar y “aquí solo se puede vía tratamientos o labores, pero eso redundará en la calidad del vino”.
Pero, ¿qué entiende por un precio justo? “En un año normal, en el viñedo de mis padres, que esta en espaldera y producimos 5.000 kilos por hectárea, tenemos unos costes medios de 85 céntimos por kilo de uva, lo que te deja unos 15- 20 céntimos de beneficio por kilo. Si este año suben los costes y baja el precio, la rentabilidad se puede ver comprometida”.
En año de tormentas, el seguro no es una opción. “En nuestro caso siempre contratamos seguro porque no te la puedes jugar. Este año, por ejemplo, la tormenta de la semana pasada nos ha tocado el cereal y hace cuatro días en el viñedo en Rioja”, explica mientras muestra parte de las 110 hectáreas que tiene la familia de Antonio entre cebada, trigo, girasol y garbanzos. “Como mi padre se ha jubilado lo llevamos mis hermanas y yo, pero subcontratamos todas las labores”.
A la espera de recibir la visita del perito, él calcula un 80% de daños en algunas parcelas. Otras tienen un 30% y otras no presentan daños. “Afortunadamente fue un pedrisco muy localizado”, termina.
Antonio acaba de ser nombrado nuevo presidente de la Asociación de enólogos de la Ribera del Duero (Enoduero), un colectivo que representa a más de un centenar de profesionales de la denominación de Origen.